Los colonos: llegada, calidad humana, gastos, incidencias y procedencia.
La contrata contempla que los 6.000 colonos debían ser católicos y flamencos atendiendo a esta distribución: 800 hombres y mujeres de 40 a 55 años; 200 mujeres y hombres de 65 años, abuelos y abuelas; 3.000 hombres y mujeres de 16 a 40 años; 1.000 chicos y chicas de 7 a 16 años y 1.000 niños que no lleguen a 7 años.
Para recibir a los colonos se nombraron los comisionados de las diferentes cajas de recepción el 17 de Julio de 1767; D. José Oconok desempeñó este cargo en la de Almagro, D. Francisco Javier Larrumbe en Sanlúcar, D. Manuel Monsalve en Málaga y D. Lorenzo Tabares en Almería.
No cabía esperar que este movimiento migratorio fuera diferente a cualquier otro anterior o posterior; en estas circunstancias las familias menesterosas serían mayoría a las que se añade buen número de vagos, tunantes, prófugos y algún que otro soñador. Cuestión tan asumida que nuestro embajador en Viena había solicitado “permission de purger le Pays d'etranger vagabonds et perjudiciables”[1], negándose el ministro Kaunitz a acceder a la recluta de 1.000 hombres del reino de Hungría.
Coincidiendo con el viaje de Olavide a Andalucía, Thürriegel anuncia el 7 de Agosto de 1767 que más de 1.200 colonos, todos alemanes de nación, están en camino, parte de ellos ya en tierra de Francia y parte en los suizos y, por lo mismo, libres de la persecución de los diferentes príncipes de Alemania... y arribarán a los puertos dichos transportes de 15 en 15 y de 20 en 20 días[2].
El bávaro confeccionó una ruta por tierra desde Schlechtstart hasta Sète[3], pasando por Ostheein, Colmar, Ifenheim, Alpach, Chapelle, Befort, Hericour, Arcey, Onans, Soye, Clerval, Baume, Roulan, Roche, Besançon, Guinchey, La Chapelle, Arbois, Boligny, Lons-le Saunier, Froideville, Cuiffau, Saint Amour, Coligny, St. Etieen, Bourg, Chalamont, Mont-Luel, Lyon, desde donde se descendía por el río Ródano hasta Pont de St. Esprit, continuando por tierra a Valigniere, Nimes, Lunel, Montpellier y Sète. Los agentes de Thürriegel, Srs. Royer, Patot y Pouff, les entregaban dinero en Befort, Besançon y Lyon para continuar el viaje hasta el punto siguiente. A la ruta se acompañaba una nota del asentista, impresa en alemán y francés, que exhortaba a los colonos a guardar buen comportamiento durante el viaje.
A esta arteria confluían numerosos caminos que se iniciaban en distintos puntos: Berlín, Amsterdan, Breslau, Gradiska, Presbarg, Rhoterdan... La ruta italiana empezaba en Neagel ¿?, pasaba por Roma, Liborna, Pisa y Luca, donde embarcaban hasta Génova, continuando por Anlibes, Toulon, Marseille, Avignon y Sète, punto de embarque hasta Málaga o Almería, tocando los puertos de Barcelona, Tolosa, Valencia, Alicante y Cartagena.
Los caminos por tierra desde Trier, Prisl, Eilling, y Dunkerque confluían en París. Desde aquí se cruzaba Francia y se pasaba por Pamplona, Madrid y Almagro, donde eran recibidos.
No obstante, los primeros colonos fueron dos suizos avecindados en España que llegan a principios de Septiembre. Por las cantidades pagadas a los conductores en Almagro, sabemos que la primera remesa de la contrata de Thürriegel se había recibido en Almagro el 6 de Septiembre de 1767. Se trataba de un grupo de 12 personas conducidas por D. Juan Francisco Godin por las que recibió 900 reales a 75 reales cada una[4].
Al día siguiente llegaron otras 7 personas. El 15 llegó el conductor D. Enrique Waesen y Salinas que recibió 4.650 reales por la conducción de 62 colonos más y 975 por otros 13 más que llegaron sin conductor. Este mismo conductor entregó 18 colonos el día 22. El 27 llegaron 7 personas llevados por Godin y D. Enrique Waesen dejó otros 43 colonos el 1 de Octubre. En total habían llegado 160 colonos.
D. Francisco Burguí recibió en Pamplona 3.428 reales por la conducción de 23 familias llegadas a Almagro el 5 de Octubre. D. Andrés Cliú había recibido 240 reales por otras tres familias[5].
En la relación de los 119 admitidos en esta caja en mes de Septiembre no figuran los anteriores. Se indica edad, estado, localidad, paraje de donde vienen (casi todos recogidos en S. Juan de Angeli), religión y oficio. Todos se registran como labradores, excepto Esteban Gefler que figura como albañil[6].
Pero desde el primer momento se observa que no todos son flamencos ni alemanes católicos. Algunos vienen de Cayenna o de otros países americanos, como Jacobo Sik, casado en Cayenna con Ana María Martino y el matrimonio Matías Clain y Catalina Roquen, naturales de Linenferte, obispado de Speyer (Spira) se casan en la villa de Mul, San Nicolás, isla de Santo Domingo[7]; otros nacieron en América, como el canadiense Le Flautt[8]. Otros vienen enfermos y deben quedar en los hospitales antes de llegar a su destino.
En la partida de Septiembre no hay un solo enfermo hospitalizado, pero de los 191 de Octubre Pedro Gavel, alsaciano de Offendorf, de 60 años, falleció en Almagro y habían quedado enfermos en Madrid el marido de Ana María Waisin, de Tréveris y el de Ana María Sprunkin, de Altheim, principado de Dos Puentes; de los 45 llegados en Noviembre quedó en Madrid por el mismo motivo Juan Preyon, de Lorena.
D. José O'Conok había rechazado en esta remesa a José Simonini, esposa e hija por no pertenecer a la contrata de Thürriegel y carecer de actitudes para la agricultura; a Francisco Ribier, por su delicada figura y haber confesado ser pintor y cirujano y a la familia Francolini por manifestar él ser un tuno vagante en Portugal y por su acento italiano, con bastantes indicios de no ser legítima su mujer, a quienes acompañaban sus tres hijos, nacidos en Portugal y Santiago de Compostela[9].
Los colonos juran lealtad y fidelidad al Rey y a sus sucesores conforme van llegando, realizándose por vez primera el 11 de Octubre de 1767. Jijón quiso darle toda la solemnidad a aquel emotivo acto, coincidiendo con la entrega de las primeras suertes.
El acontecimiento tuvo lugar a presencia del Sr. Subdelegado, en la Iglesia de los R.R.P.P. carmelitas de este convento de la Peñuela. Juntos los expresados Señores D. Juan Lanes Duval, cura, capellán mayor de estas nuevas Poblaciones, D. Jerónimo Waldener, capitán comandante de su tropa suiza que se halla en este sitio, el Contador, Pagador y Tesorero de las nuevas Poblaciones, D. Pedro Montenegro, D. Juan de Landa y D. Jerónimo Guillenea. Se extendió un piquete y después de tocar el bando, se llamaron uno por uno los 50 colonos expresados en la presente ordenanza, a quienes después de haberles leído en lengua española los motivos del sorteo de su destino, y en idioma alemán la traducción que el dicho capitán comandante mandó hacer, para que bien entendidos de todo, nunca alegasen ignorancia, se les repartieron en voz alta las cédulas de sus nombres y, puestas todas en un cántaro, a su vista, se publicó el primer lote del destino a Santa Elena, y sacada una por una las 13 suertes, se sentaron sus nombres en un pliego, en el cual consta que dichas 13 cabezas de familias están compuestas de 58 individuos de todos sexos y edades. El 2º lote, de otras 13 cabezas destinadas a la población de Guarromán, salió con 43 individuos de todas edades y sexos. El 3º para el sitio de Los Pinos, de 8 cabezas salió con 23 individuos. El 4º, de 8 colonos, para el sitio de Venta de Linares, salió con 43 individuos y el 5, de otros 8, para el sitio de La Peñuela, salió con 26 individuos. Cada lote (o a las cabezas de familia que lo componían) se llegó a una mesa en que estaban puestos los Santos Evangelios y puestas las manos sobre ellos, de rodillas, pronunciaron en alta y perceptible voz en alemán la fórmula del juramento que traducida al español es en la conformidad que sigue a la letra: Nosotros juramos en manos del Sr. Capellán mayor sobre los Santos Evangelios, que de nuestras manos estamos tocando de presente, entera y perpetua lealtad, fidelidad y obediencia al Rey católico Carlos III y a todos su augustos sucesores que reinaren en España.).
Poco después se hace entrega de los ganados a los colonos, estando documentada la entrega en Guarromán, hecha a nombre de cada familia, el 1º de Diciembre de 1767. El documento dice[10]:
“D. Miguel de Jijón y León, Caballero del Orden de Santiago, Subdelegado general en la Superintendencia de las reales Poblaciones de Sierra Morena, hallándose en el sitio nombrado Guarromán, dijo: Que en atención a tener hechas las particiones de la mayor parte de tierras de dicho sitio, ordenadas por Real Instrucción, y atendiendo a que los colonos que las poseen están en un terreno abierto y franco para mantener y cuidar por sí mismos de los ganados que se le han de repartir, ha ordenado que desde luego se le repartan en dicho sitio los ganados de cerda, cabrío y lanar, conforme a la Real Instrucción de Poblaciones al artículo 41 y con los cargos y declaraciones siguientes.
Que el repartimiento se ha de hacer al nombre de cada cabeza de familia, esto es, de cada matrimonio, gobernándose por los números de barracas, chozas o cabañas de las suertes de tierra, por el orden de números de ellas.
Se les prevendrá a cada uno, y a todos juntos, que los dichos ganados, se los ha mandado dar la piedad del Rey para que con ellos calienten sus tierras y las fecunden para hacer más copiosa la cosecha de los frutos que sembraren, y, al mismo tiempo, para que soliciten en su provecho no solamente el multiplico de ellos, sino los esquilmos y frutos de lanas y leche, en cuyas maniobras deben tener los colonos honestamente ocupadas a sus hijos y hijas que tienen o tuvieren.
Que a consecuencia del precedente capítulo, les es absolutamente prohibido a los colonos vender, cambiar, matar ni en otra manera enajenar dichos ganados en el término de dos años, contados desde la fecha de este repartimiento, ni después del término de dichos dos años podrán tener menos número de ganado, conservando siempre en pie los de la dotación de este repartimiento.
Que cualquiera colono que venda o mate alguna cabeza de ganado, será castigado por primera vez con ocho días de prisión y suspensión por 4 días de Prest y Pan; por segunda vez se aplicará doble esta misma pena; y por tercera, tratándole como a incorregible y despilfarrador, de quien no se puede esperar progreso en la Sociedad de Población apetecida, se le despojará de la tierra que se le hubiere dado, como también de los ganados para aplicárselos a otra familia de quien se espere mejor conducta.
Que todos los ganados vendidos o cambiados contra la ordenanza antecedente, sea a colonos o sea a paisanos, habitantes o transeúntes en estos sitios, han de volver al derecho de la corona, dándose por nulos y de ningún valor los tratos y convenios que hubieren hecho, a cuyo fin y para que no pueda alegar ignorancia ningún paisano, se fijarían avisos públicos en los parajes de esta nueva Población y se repetirán los mismos avisos a los jueces y justicias confinantes a la Sierra, sobre los que ya se les tienen hechos para su observancia.
Que los ganados que mueran por enfermedad natural o por algún otro accidente desgraciado, se traigan inmediatamente por los colonos o dueños de ellos al Jefe Comisionado en este Departamento para que vista la calidad de la carne, la arroje o la reparta entre toda la comunidad de colonos con igualdad, sin darle al dueño de la res ninguna preferencia en el reparto para que de este modo se evite el que los dueños supongan avería, pudiendo ser que voluntariamente las maten, llevados de la esperanza de comer o vender sus carnes.
Se les ordenará a dichos colonos formen dentro de las suertes de sus tierras un pequeño redil portátil para que en él hagan dormir sus ganados, mudándolos cada dos o tres días, a fin de que vayan calentando y fecundando el terreno, previniéndoseles que inmediatamente que levanten el redil, deben cavar la tierra, a fin de que quede enterrado y cubierto el estiércol y las sales que contiene, porque de no hacerlo así se disiparían con la fuerza del Sol, las lluvias o los aires y se inutilizaría una abono tan precioso.
Y para que esta ordenanza sea bien entendida de los colonos para que la observen, guarden y ejecuten, se les explicará en alemán y traducida en este idioma se les leerá todos los meses, quedando la ejecución y cuidado de su observancia al cargo de D. Francisco Machard, comisionado en este Departamento. Guarromán, 1º de Diciembre de 1767 años. Miguel de Jijón y León.
En dicho día, mes y año, en el sitio nombrado Guarromán, en presencia del Sr. Subdelegado, juntos y congregados los colonos destinados a dichos repartimientos, se les leyó esta ordenanza en lengua alemana por medio de Juan Schivald, intérprete y después de oída y entendida esta ordenanza, se procedió al reparto de 48 matrimonios, a los cuales se les dieron 240 cabras, 240 ovejas y 48 cerdas de vientre, de que se entregaron dichos colonos bajo los capítulos que se les significaron. Y para que en todos tiempos conste pasada esta misma razón a la Contaduría Principal de las Nuevas Poblaciones, la firmé de orden de dicho Sr. Subdelegado general. Juan Miguel Camaño.
Es copia a la letra de la ordenanza original mandada observar por el Sr. Subdelegado General, la cual queda en esta Secretaría de las Nuevas Poblaciones”.
En Noviembre llegan otros 106 colonos, entre ellos Juan Preyon, que se había quedado enfermo en Madrid. En total figuraban 416 recibidos y admitidos en Almagro el 6 de Diciembre de 1767[11].
Olavide se queja de que los medios de los jesuitas, que no podía tener en la Sierra por no haber lugar donde guardarlos. El escrito dice[12]:
“Ilmo Sr. Muy Sr. mío: Veo que no puedo obrar sino según quiera el Consejo Extraordinario. Últimamente ha resuelto aprobar las entregas de todo lo que había pedido. Pero ni quiere que se me dé el dinero de lo que por consentimiento mío se vendió. Y manda que para en adelante señale lo que necesite y haya quedado entre los bienes de Los Regulares. Este es todo el nudo de la cuestión. Pues por este medio no viene a dar nada a las Poblaciones. Ya dije a V.I. que, por falta de lugares en que guardar, no se ha pedido hasta ahora sino muy poco. Que con motivo de que los Comisionados representaron que los frutos, ganados y demás especies se deterioraban, les mandó el Consejo se entendiesen conmigo y que yo no pudiendo aprovecharme de ellas en aquel tiempo porque no tenía como ni donde custodiarlas, ni queriendo dar lugar a su menoscabo y baja de valor, consentí en que se vendiesen en el concepto de que se aplicara su precio a este fin y que con él se podrían comprar los mismos frutos y ganados que necesitasen las Poblaciones a menos distancia y con elección.
Los Comisionados se echaron a vender y este es el mal porque ya no hay efectos que pedir, pues todos están vendidos y ahora no quieren dar el dinero. La otra parte de que yo señale lo que necesite de lo que haya quedado es vana, porque no ha quedado nada de sustancia y así me lo hacen ver las relaciones que me remiten de lo que tienen en ser, que son ya cosas de ninguna utilidad. Los ganados, granos y frutos que debían servirme este verano para cuando cada colono tenga su casa, todo se vendió y yo tendré que comprarlo.
No insisto más en el asunto con el extraordinario, porque Campomanes me dice que serán inútiles todos mis esfuerzos. Pero es de mi obligación hacérselo presente a V.I para que esté en inteligencia de que este gran recurso, con que habíamos contado y que hubiera ahorrado al Rey muchas sumas en el costo de las Poblaciones, se ha hecho vano. Por consiguiente, que es preciso recargar todo sobre su Majestad. Yo he hecho de mi parte cuanto he podido.
En las Poblaciones no hay novedad. Según mis noticias todo va con tranquilidad y orden. Este es un tiempo muerto en que por los frías, aguas y días cortos no deben seguirse las obras públicas. Cada familia que está ya en su tierra con su choza, emplea el tiempo en desmontar y descuajar.
Aunque no tengo oficio de aviso, sé que ha llegado a Málaga una embarcación conduciendo de Sète 138 colonos de buena calidad[13].
Aquí ando a vueltas con todos. Este País está muy relajado y los asesores son los que más temo. Ya hago a V.I. una representación de oficio; el asunto ha sido muy escandaloso. Lo peor es que si el Intendente ha de hacer por fuerza lo que el asesor quiere, mejor será nombrarle a él. Me resisto a la decisión de V.I. protestándome”.
Sucesivas comunicaciones del comisionado nos dicen que en Septiembre se habían recibido 310 colonos en Almagro[14], que para el 6 de Diciembre ya se elevaban a 416[15] y que en marzo de 1768 se alcanzaba el número de 473[16].
En Diciembre de 1767 son desechados en Almagro: el suizo Luis Samuel, por sospecha de Religión; El austriaco Juan José Revillée, por enfermo, ser enteramente inútil y apariencia de vago. En cambio, se admitieron al saboyano Juan Luis Giraud con su mujer e hijo y al canadiense, natural de Quebec en las Indias francesas, Gil Le Flautt por su buena disposición, a pesar de no proceder de los reinos estipulados en la contrata.
En 1767 no se admitían saboyanos por no ser de tierras contempladas en la contrata, pero, a partir de enero de 1768, por una orden real se permite su admisión.
Otros escritos hablan de que hay enanos, otros parecen tontos y se da el caso de familias completas a las que se rechaza "por su poca disposición". Pero la actitud de los comisionados de las cajas cambia cuando Campomanes pide disculpar todas las faltas y se admitan a todos aunque no reúnan las condiciones estipuladas, porque la infelicidad en el traje arguye la miseria de su país, pero no que sean mendigos e ineptos.
El Sr. Tavares, comisionado de Almería, llevaba la contabilidad en un detallado cuadrante en el que recogía: número y nombre de los 27 bastimentos llegados a puerto, nombre del capitán, día de llegada, número de colonos embarcados, muertos en la navegación, colonos llegados y desembarcados, colonos admitidos y colonos rechazados[17].
El primer bastimento llegado a Almería se trata de "La Clarión". Llega el 3 de Octubre de 1767 capitaneado por Juan Audier. Viajan 182 personas, de los que se desechan a 21. Los colonos desechados fueron:
Catalina Goltenperger, de 7 años, del principado de Dos Puentes, por ser casi ciega y defectuosa de pies y manos.
A la familia Schitel, porque el padre Jacobo, de Wolbach, pedía limosna por medio de peregrinación; en el caso del hijo, de 4 años, se añade ...no poder en muchos años por sí producir utilidad a la colonia.
A Cristobal Weinmiller de 30 años y a su mujer porque él no tenía disposición ni robustez alguna para la fatiga por su delicada y fina complexión.
Al suizo Conrado Rasperger por no ser alemán ni flamenco y carecer de oficio útil a las colonias. Tampoco se dio entrada a su mujer y a un hijo de 11 años.
A Esteban Steinbich, por ser de oficio florero de mano.
Francisco Vogele por aparentar más de 60 años, no ser abuelo ni tener disposición para el trabajo, reconociéndose, al parecer, ser vago y desechado de algún cuerpo de tropa por cansado.
A Jacome Jean y esposa, Dominga Camorrati, por no ser alemanes ni flamencos. Tampoco se admitió al hijo José Antonio Jean, de 8 meses.
Al suizo Antonio Bockisler, por estar baldado y defectuoso de medio cuerpo para abajo.
A Francisco Comeclío? y a José Antoja por ser genoveses y no de países de la contrata y a Eduardo Erman por no ser alemán ni flamenco, como su mujer Dorotea.
Al piamontés Juan Kabaren por notársele la embriaguez continua.
Carlos Stainer, suizo; no tener disposición para el trabajo, haber servido en la tropa española donde solicitó licencia de su regimiento, con la cual pasó a Madrid y, no recibiéndose desde allí, pasó a Francia, de donde ha venido aquí.
El 8 de Octubre arriba el "S. Francisco de Paula", capitaneado por Gabriel Textus; Trae 134 personas y se admiten a 125.
El Capitán Juan Bautista Oliver viene al mando del barco llamado "Los Tres Amigos" con 173 personas a bordo; desembarca el 30 de Octubre después de haber fallecido una en la navegación, siendo desechados 18.
Diego Issalene atraca su barco "Nuestra Señora del Buen Viaje" el 19 de Noviembre. Trae 140 colonos de los que se admiten a 131.
El barco "San Luis" viene al mando del capitán Friaire. Desembarca el 15 de Diciembre con 161 colonos, sin que se admitan a 73. En éste o en el barco anterior pudo llegar Yauch con los 52 colonos de su contrata que Olavide manda que Quintanilla acomode en los Mochales el 1 de Enero de 1769.
El navío "El Poly", al mando del capitán Robert Anderson, desembarca a 335 colonos el 20 de enero de 1768, después de haber muerto en la travesía 3 personas. De los 338 salidos de Sète se admiten a 324 personas.
El Capitán de "La Toynete", Tourron, trae 250 personas el 22 de enero; además de una defunción en el camino, no se admiten a otras 6 personas.
Juan Aurginier, que capitanea "La Santa Ana", atraca el 24 de enero con 110 personas, de las que se admiten 106.
El capitán Fabre desembarca el 29 de enero con su barco "San Juan Bautista". Trae 133 colonos, uno muerto en la navegación, y de los 132 restantes se admiten a 129 y se rechazan a 3 personas.
De las 173 personas embarcadas en el "Baltasar", su capitán pierde a una en los días de navegación. Llega a Almería el 30 de enero y se admiten a sus 172 viajeros.
"El Fulcrán", al mando de José Palanque, llega a Almería el 30 de enero. En la travesía murieron 2 de los 183 colonos embarcados y se rechazan a 22.
El "S. Vicente de Paula" trae en su segundo viaje a 141 personas; en esta ocasión viene capitaneado por Reinard que pierde un colono fallecido en el viaje; de los 140 restantes son admitidos 136.
El capitán Caballier conduce "La Santa Familia"; llega a puerto el 31 de enero con 168 personas, quedando admitidas 161.
El "Todos los Santos", viene capitaneado por Juan Yalabert; arriba el 2 de febrero con 201 personas y una fallecida en la travesía, quedando admitidos los 201 colonos.
Los llegados en los 9 los últimos barcos, entre el 20 de enero y 2 de febrero (sólo 13 días) se eleva a 1.631, cantidad que resultaba poco menos que imposible que Tabares pudiera atenderla en el puerto. Si pensamos que Jijón debía recibirlos y darles casa o barraca en el momento de la llegada, la labor de este hombre requería esfuerzos titánicos, pues la llegada masiva rompía la prudencia del artículo 27 del Fuero que preveía que Los colonos se irán introduciendo en los sitios demarcados para las nuevas Poblaciones, a medida del número de casas y capacidad de cada término, para que hagan sus chozas o cabañas y empiecen a descuajar y desmontar el terreno, cuidándose de poner los de una lengua juntos para que puedan tener Párroco de su Idioma por ahora, lo que sería más difícil interpolándose de distintas lenguas.
El 21 de febrero llega a puerto "El San Ramón". El capitán Juan Rainard ha perdido a uno de los 188 colonos que traía, permitiéndose el establecimiento a 185, siendo rechazados los 2 restantes.
El capitán Bousquet, ancla en Almería el barco "La Buena Noticia", 22 de febrero, con 246 personas de las 249 con que partió desde Sète por haber fallecido tres personas en el camino. De los 246 sólo uno no es admitido.
El capitán Bourges transporta 165 personas en el "San Félix"; llega a puerto el 22 de febrero después de haber perdido a dos colonos fallecidos en la travesía y sólo se rechaza a una.
El "Santa Juana", viene capitaneado por Nicolás Marsé; arriba el 7 de marzo con 208 personas, dos fallecidas en la travesía, quedando admitidos 199 colonos de los 206 llegados a puerto.
El 18 de Mayo atracan en Almería "El Angel Gabriel" y "El Juana Gervasia". El primero al mando del capitán Sebastián Granier trae 151 personas y quedan admitidos los 151. Del segundo, al mando de Valentín Cely, de sus 118 viajeros se despiden a dos.
El "San Fulcrán" vuelve al mando de José Palanque el 14 de Julio con 28 colonos siendo recibidos todos. Este mismo barco regresaría el 27 de Agosto con 60 personas, siendo admitidas todas.
El barco "San Luis", con su mismo capitán Friaire, vuelve a atracar en su segundo viaje el 21 de Septiembre, siendo admitidos sus 63 ocupantes.
Juan Bautista Olibe lleva el mando del "Santa María". Llega a Almería 19 de Noviembre, siendo admitidos la totalidad de los 152 colonos que traía.
En el cuarto viaje del "San Fulcrán", llegado el 26 de Diciembre, sólo es rechazado uno de sus 182 viajeros.
En su segundo viaje "El Nuestra Señora del Buen Viaje", recibido en Almería el 26 de enero de 1769, mueren tres personas de las 139 que venían a bordo, siendo admitidas 135 y una rechazada.
El último barco llegado a Almería según el cuadrante de Tabares fue el "San Fulcrán", llegado el 24 de marzo con 141 colonos sin que fuera rechazado ninguno.
Hubo pues 27 viajes en los que vinieron un total de 4.332 personas; de éstos 22 fallecieron en la navegación, se admitieron 4.108 y fueron rechazados 202.
Esta contabilidad tan exacta no concilia con la que el propio comisionado había remitido con anterioridad, pues, refiriéndose a los admitidos, en otro lugar dice que de las remesas llegadas a este puerto el 3 y 15 de octubre de 1767, compuestas por 182 y 132 colonos respectivamente, habían excluido a 25 de una y 9 de la segunda[18].
Los colonos recibidos por la caja de Almagro y Almería hasta fin de diciembre de 1767 se elevan a 1.075, sin contar los 2 primeros suizos que se presentaron a primeros de septiembre y los 154 desembarcados en Málaga el 7 de Septiembre y los recibidos sin conductos. Pero no todos ellos llegaron a Sierra Morena; hubo fallecidos antes o después de su admisión en Almería y antes o durante su viaje para Sierra Morena.
En estadillo de Tabares, fechado el 28 de febrero, se recogen las incidencias de los últimos 9 barcos recibidos entre el 20 de enero y 2 de febrero de 1768; he aquí una reproducción parcial sobre los fallecimientos ocurridos en la navegación, antes de recibirse y después de su admisión:
fallecidos
Barco llegada En barco Antes de recibirse Después Total
El Poly 20 de Enero 3 2 12 17
La Toynete 22 de Enero 1 2 4 7
La Santa Ana 24 de Enero - 2 5 7
San Juan Bautista 29 de Enero 1 - 1 2
Baltasar 30 de Enero 1 2 1 4
El Fulcrán 30 de Enero 2 - 1 3
S. Vicente de Paula 31 de Enero 1 - - 1
La Santa Familia 31 de Enero - 5 5 10
Todos los Santos 2 de Febrero 1 5 2 8
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Total 10 18 31 59
Los colonos embarcados en los 9 barcos eran 1.697, lo que nos lleva a la conclusión de que en el intervalo de unos días murió el 3'47 % de toda aquella gente. Si a éstos se unen los fallecidos en su largo peregrinar por tierra hasta llegar al puerto de Sète y los ocurridos desde Almería a La Peñuela, el porcentaje debió superar el 5 %.
Tavares afirma que de los 297 que llegaron en 3 tartanas entre el 18 de Mayo y 14 de Junio (Angel Gabriel, Juana Gervasia y San Fulcrán), tres murieron antes de la revista [19].
Igual que había hecho el comisionado de Almagro, Tavares envió relaciones de rechazados y causas por las que no se les admitía[20].
En la relación, que comprende los rechazados de las embarcaciones que llegaron entre el 20 de enero y 2 de febrero de 1768, se señalan los no admitidos para ir a Sierra Morena.
Del navío El Poly no se admite a Ana María Stainer por ser mendiga e inútil a la colonia. Llegó a España por estar su marido en el servicio de S.M. Luego pasó sola a Suiza y volvió a España en busca de su marido, con cuyo pretexto la detuvieron en León para que viniese con los demás colonos. Por igual razón no se admitieron a sus hijos Francisco José Pissel y Francisco Antonio Pissel.
A Antonio Lefebre no se le admitió por ser manco de la mano izquierda y no poder ejercer su oficio de carpintero. A Agustín Waiber por enfermo de calentura continua de mucho tiempo, que aseguraron los médicos le constituiría en un héctico. A Juan Jaubel por no ser católico. Al padre fray José Deflauris, agustino descalzo, por no prevenirse en la contrata, órdenes e instrucciones la admisión de persona eclesiástica.
Gaspar Pille, su mujer y dos hijos fueron admitidos, pero se excluyen después por delación de sus compañeros de barco como luteranos.
De la tartana "La Toinete" se excluiría al italiano Julián Charpanti por no ser de alguna de la cuatro prevenidas en la contrata. Por el mismo motivo se despidió a Miguel Beise. A Carlos Fusterscailli se le denegó la entrada por haber vivido como vago y mendigo. Pedro Lebald, su esposa María Catalina Hermanin y su hijo Juan Francisco, por no ser católicos.
De la tartana "Santa Ana" no se admitió a Moisés Debalt porque, pese a manifestar que había abjurado la herejía, se infirió lo contrario. Por el mismo motivo fueron rechazados su tres hijos Juan, Francisco y Moisés y porque el nombre que usa éste, lo mismo que el padre, no está admitido por la Iglesia Romana.
Del "San Juan Bautista" se rechazaron a Antonio Senod por ser cojo, estar enfermo y tener más de 40 años. A Pedro Pablo por no tener más familia que su mujer (también excluida) y exceder de 60 años.
Javier Conrat, desembarcado en la tartana "San Fulcrán" fue rechazado por no ser católico. Samuel Benjamín dijo haberse catequizado en San Juan de Angeli, lo que no era cierto; fue rechazado por no ser católico, además de usar del nombre no permitido en la Iglesia Romana. Tampoco serían admitidos su mujer, María Ana Holredrine, su hijo Juan Pedro y la suegra de Samuel. A Juan Maurice, como a su mujer María Ana Amena, por ser de más de 68 años. A Miguel Kiffer se le excluyó por tener 66 años (como a su mujer Cristina Elingin), no estar en su cabal juicio y hallarse contagiados tres de sus cuatro hijos de tiña y sarna. Pedro José Miguel y su mujer Ana María Bossein por tener sarna gálica. Roberto Welzer por ser sordomudo de nacimiento.
También venían en el "San Fulcrán" y serían despedidos: María Faigerin, por padecer de la vista, tenerla casi perdida y manifestar los médicos no poderse curar. A Jorge Janser y su mujer Magdalena Rox, por ser luteranos. A José Wechter, por tener más de 65 años, no siendo abuelo y faltarle disposición para todo género de trabajo; lo mismo se argumentó con su esposa María Josefa Vovteherin.
Los excluidos de la tartana "San Vicente de Paula" fueron: Jaime Puger por estar enfermo de más de dos años; en cambio fueron admitidos sus padres Juan Puger y Ana Montar. Lo mismo aconteció con Ana María Heinzman, rechazada por baldada, en tanto que sus padres, Tomás y Ana María Mayerin fueron admitidos. Saberio Smir y José Sion fueron desechados por padecer de tiña y sarna gálica.
No se reciben de la tartana "La Santa Familia" a Juan Huber por estar baldado de la pierna derecha y su mujer Ana María Aihulzoriso, por haberse excluido el marido y además de manifestar en la ridiculez de su persona suma inutilidad para la colonia. El matrimonio Bendelino Praun y Magdalena Pan fueron admitidos, pero no su hijo Juan Guillermo por estar enfermo de accidente antiguo y habitual, según expusieron los médicos y sus padres, que manifestaron ser de resultas de las viruelas que pasó en Sète, de Francia. A Enrique Ziglister se le excluyó por estar falto y enfermo de mucho tiempo, según expresaron sus padres. Isabel Fisirin por ser luterana. Juan Hug y su esposa Ana Catalina Stolin por padecer de tiña y sarna.
La actitud de Tabares y O´Connor con ciertos enfermos puede parecernos extrema, pero es que se lo exigía el artículo 6º de la Instrucción de los comisionados que, Campomanes, aclarando dudas el 18 de Septiembre de 1767, dice: ... con fecha de 15 de este mes y enterado S.M. de su contexto, se ha servido conformarse con el parecer del Consejo en cuanto a la interpretación del capítulo 6º de la Real Instrucción expedida para los comisionados de las 4 cajas establecidas para el reciibo de los colonos de la contrata de D. Juan Gaspar de Thürriegel y, en su vista, se ha dignado declarar S.M. que el citado artículo 6º en que se impone a Thürriegel la obligación de entregar sanas las personas de dichos colonos y en que, por consiguiente, están excluidos los enfermos, debe entenderse de los que vengan lisiados en sus miembros, como son cojos, mancos o enfermos habituales, pero deben ser admitidos los que llegasen vivos a puerto o caja, aunque con enfermedades contraídas en la embarcación.
El lector se preguntará qué sucedía cuando unos miembros de la familia eran admitidos y otros rechazados. A tenor del documento, ciertos individuos regresaban a su patria y otros continuaban a Sierra Morena; la familia quedaba partida. Esto hecho, que parece sorprendente, era más triste cuando muchos se volvían dejando abandonada a su familia. No obstante, sin saber cómo, 11 colonos rechazados por Tabares llegan a La Luisiana y Valiente les concede su ración de pan, pero no la de prest, el 3 de Julio de 1769[21].
La documentación de la época, hace ver que debido a las condiciones del momento y otros inconvenientes nos parece reducido el número de fallecimientos. Véase en este escrito[22]:
“Muy Sr. mío: Quedo enterado por la de V.S. de 22 del corriente de su disposición dirigida a que los enfermos que se verifiquen en las tandas que se remiten a esta Sierra Morena, no lleguen a sus poblaciones por el peligro de la comunicación de la epidemia y que, permaneciendo en otros parajes antes de ella, se trate de su perfecta curación y restablecimiento.
Esta propia idea me propuse yo desde que reconocí lo infestadas que llegaban estas gentes y el aumento que les causaba en sus accidentes la diferencia de clima y alimentos, seguida a una marcha tan dilatada por tierra para llegar a Cette de Francia[23], y a ésta una navegación no corta en bastimentos pequeños, cuyas circunstancias, unidas a su desnudez y miseria en muchos, no es extraño les produzcan los efectos que advertimos.
Aseguro a V.S. que empleo todo mi celo, así para evitar la extensión de las epidemias, como para que a los que las padecen se asista y cuide con la mayor atención y caridad, no sólo mientras están enfermos, sino es aún en el estado de convalecientes, en el cual los hago permanecer precisamente hasta que por médicos y cirujanos se me asegura estar verdaderamente sanos, procediendo en esta parte bajo el concepto de que todos ellos hacen empeño de disimular sus dolencias por el que tienen de marchar para constituirse en sus destinos.
Actualmente y con separación absoluta de los cuarteles donde se alojan los sanos, reconocidos tales en el mismo instante que ponen el pie en la tierra, tengo ocupadas siete habitaciones en casas y parajes distintos y muy separados unos de otros. Uno, que es el Hospital mayor de la ciudad, sirve para calenturientos; otro hospital, que por providencia he constituido porque no bastaba el primero, sirve para lo mismo; otro se ocupa con los virulentos y enfermos de sarampión y sarna en cuadras separadas; otros con las enfermedades de lepra y cáncer, pues también ha habido de esto; otros dos, por no haber bastado una sola casa, para convalecientes. Y finalmente otra para las preñadas fuera de cuenta que lo confiesan, paridas y convalecientes de parto[24].
Supongo comprenderá V.S. el trabajo que la asistencia de éstos, el recibo de los sanos y su dirección a ese destino me ocasionará en ésta; pero a todo se da expedición, bien que sin poder remediar de modo alguno, ni que mueran muchos aquí ni que en el tránsito enfermen los que salen sanos, o porque ya traían el principio de su unión en los bastimentos o porque verdaderamente en el mismo contraen las enfermedades. No obstante de que prevengo a los comisionados tengan el mayor cuidado en la ruta y aunque les ayuden con bagajes, porque a la verdad es menos perjuicio éste a la Real Hacienda que el de las enfermedades y muertos.
Puede V.S. estar seguro que ninguno sale de aquí que en el día no esté perfectamente sano, y así lo continuaré, consiguiente a la citada última prevención de V.S. que también haré a los comisionados para que en la ciudad de Baeza den cuenta al médico comisionado en ella de los que enfermaren en el camino para su detención y curación, como V.S. tiene dispuesto.
He informado a V.S. con extensión de todo lo referido, sin embargo de tenerlo hecho por mis cartas de 31 de enero y 21 del corriente con el fin de que se sirva V.S. de hacerlo al Supremo Consejo para su superior inteligencia. Y que este regio tribunal se halle enterado de mi celo y absoluta ocupación a este servicio, esperando merecer a V.S. este favor y que me comunique ocasiones de su servicio. Nuestro Señor guarde a V.S. muchos años…”
En todo caso, el número de emigrados y recibidos ya en Sierra Morena a principios de Diciembre superaba el millar; así lo confirma Jijón el 9 de Diciembre[25]:“Ilmo Sr.: En los días 2. 3 y 4 de Noviembre, nos sobrevino en esta Sierra un temporal riguroso de vientos y nieve. Todos los colonos que estaban repartidos en las cabañas puestas sobre sus tierras vinieron a pedir alojamiento en las grandes barracas que tenemos construidas en este sitio para caja o depósito de las frecuentes partidas que nos van llegando de Almagro y Almería y en algunas casas que tenemos concluidas. Los soldados del regimiento suizo tampoco podían mantenerse bajo de las tiendas, y pidieron con igual razón algún abrigo. En esta apretura me fue preciso volver a llenar la Venta de Linares, en que sólo había dejado el Hospital. Llené las barracas, las casas acabadas de construir, la iglesia nueva y 3 cortijos o caserías que está alrededor, con lo cual, a Dios gracias, salimos del cuidado y hemos vuelto a entrar en unos días serenos, a cuyo favor han vuelto a sus cabañas los colonos, todos sanos y buenos, sin que por la pasada incomodidad les haya sobrevenido el menor accidente.
Todos los empleados y subalternos en estas Poblaciones estamos alojados en un convento que tienen los P.P. Carmelitas Descalzos. Así nosotros, como los padres conventuales, con una incomodidad notable; pero todos estamos admirados y edificados de la suma prudencia, virtud y conformidad con que este prelado y todos sus súbditos llevan a bien las incomodidades que les hemos venido a ocasionar en su casa, no por el mérito y modos de los empleados, puesto que algunos tenemos la flaqueza de practicar algunas imprudencias entre estos buenos P.P. sino por la humilde sumisión con que desean agradar al Rey.
Nos hallamos con más de 1.000 individuos colonos remitidos de las casas y recibidos aquí como voluntarios. Incesantemente nos van llegando otras partidas nuevas. Así mismo estamos en necesidad de recibir nuevos empleados para acudir a tantas diversas operaciones; de modo que con dichos empleados, con el Comandante y oficiales suizos, cura mayor y capellanes, a quienes es preciso alojar, estamos sumamente incomodados; y si en la temporada de este invierno tenemos como es regular otro temporal como el pasado, nos veremos en nuevas y casi irremediables apreturas.
Este prudente y virtuoso prelado, como todos sus conventuales, aunque muchísimo antes del proyecto de Poblaciones tenían hecha su fundación en este sitio, atendiendo al artículo 47 de la Real Instrucción, en que se prohiben fundación de conventos, aún con el título de hospicios, están persuadidos a que no los dejarán en el centro y capital de las Nuevas Poblaciones y que la piedad del Rey y su supremo Consejo les dará un convento, un colegio o casa equivalente para recoger su comunidad en cualquier casa de estos reinos.
Si en efecto se tuviese por conveniente el canje que se suponen estos P.P. me parece que sería conveniente que se verificase con la mayor brevedad, en que esta población ganará muy mucho, porque la Real Hacienda dejará de hacer los dispendios de muchas fábricas que se podrán evitar con la incorporación de este convento a la Población de esta Capital”.
Que es lo mismo que me parece noticiar a V.I. cuya importante vida y salud pido a Dios guarde muchos años. Peñuela, 9 de Diciembre de 1767…”
En carta del mismo día Jijón explica a Múzquiz el estado de los colonos[26]: “Ilmo. Sr.: A pesar del muy poco tiempo que hemos tenido para verificar el Proyecto de las reales Poblaciones, van éstas con sucesos tan felices y tan rápidos, que más de 1.000 individuos colonistas están con repartimiento de tierras y viviendo en ellas, si haberles causado de la incomodidad de separarlos de sus mujeres, como estaba prevenido en el artículo 34 de la Real Instrucción, puesto que además de lo que se afligían los colonos de esta separación, hubiera sido dobladamente costoso a la Real Hacienda mantener los unos en la sierra y los otros en el Hospicio, en el cual era preciso poner administración y ecónomos que gobernasen dichos colonos, y sus sueldos habrían aumentado los gastos.
En el Hospital General que tenemos fundado, nunca pasan 12, 14 a 15 los enfermos, pero se curan con prontitud, sin que hasta ahora haya habido resultas de tan largas peregrinaciones como las que han traído estas gentes.
Los más de los colonos y hasta sus mujeres y pequeños hijos son muy dados al vino, pero se les obliga a trabajar en su tierra todo lo posible y se van viendo buenos efectos de su trabajo, porque ya estas montañas han mudado enteramente de aspecto y parecen campiñas trabajadas.
Desde el sitio nombrado Guarromán para éste de La Peñuela he bordado (sic) el camino de caserías y respecto de ser la tierras adehesadas y que fácilmente podrán cuidar sus ganados los colonos, he verificado el reparto de ganado de cerda, cabrío y lanar, formando la ordenanza que V.I. verá adjunta. Nuestro Señor guarde…”
La contabilidad de los comisionados supera, en efecto, esta cifra el 9 de Diciembre, fecha señalada por Jijón; habían llegado a La Peñuela 416 colonos de Almagro, 154 de Málaga y de Almería 571. Es decir, 1.141 colonos. Aún serían más de esa cantidad, especialmente si se añaden los llegados por propia iniciativa y los regimientos suizos. A final de 1767 llegarían los 88 colonos recibidos en Almería el día 15 de Diciembre.
Danvila afirma que a mediados de 1768 ya había más de 2.300 en Sierra Morena (en realidad fueron muchos más; en la caja de Almería se llevaban recibidos 3.595 hasta el 14 de Junio, más los únicos 154 admitidos el 7 de Diciembre de 1767 en Málaga y 515 de Almagro, según las cuentas de los comisionados de las tres cajas, 4.264 en total) y el 13 de julio señala 4.152 individuos remitidos por las cajas y recibidos voluntarios[27]. Cifra cercana a los más de 4.000 que Olavide afirma haber en Sierra Morena el 22 de abril de 1768: En abril de 1768 es Olavide quien habla del considerable número de colonos en pocos meses y de la necesidad de médicos[28]: “Ilmo. Sr: Muy Sr. mío: En estas Poblaciones hay ya un número considerable de colonos, pues exceden de 4.000, sin que en ellas haya cirujanos hábiles para asistirlos en sus enfermedades y cuando lo necesitan, sin embargo de tener lo demás correspondiente a la mejor asistencia de los enfermos.
No es fácil, ni puedo encontrar hombres de esta profesión hábiles y experimentados que no tengan algún destino y puedan venir aquí; y noticioso de que se hallan en Madrid D. José Soto. D. José Dubois y D. Antonio Alvarez, cirujanos del ejército con sueldo y sin ocupación hasta que por el Rey se les destine en alguno de su servicio, me veo precisado a suplicar a V.I. los mande pasar a este sitio a servir en él, respecto de que se hace indispensable resida un cirujano en cada pueblo de los tres principales que se establecen para que atienda la curación de sus habitantes siempre que lo necesiten, y que por este medio no carezcan del pronto socorro en sus indisposiciones…”.
Las cifras hubieran sido bastante más altas de prosperar la llegada de los griegos de Córcega y las familias irlandesas que Múzquiz dijo querían venir a Sierra Morena. De los irlandeses S.M. no tiene reparo en que se acepten, pero con la precisa condición de que se han de poner en población separada y tan distantes de las otras, que por ningún motivo, ni aún el de límites, puedan tener que hacer ni disputar con las naciones que hasta ahora han venido[29].
Su admisión y la condición que ponía el Rey hubiera supuesto ocupar más terreno del que Jijón se había visto obligado a tomar ante la afluencia masiva de febrero y marzo en Sierra Morena, extendiéndose hasta 18 leguas cuadradas, hallándose precisado en marzo a elegir Venta de Linares, Tapiadilla, Carboneros y La Mesa y a buscar en los despoblados de Constantina, Lora Y Villanueva[30].
A esto puede obedecer, amén de otros impedimentos de los peticionarios, que no fuera admitida la propuesta conjunta de Juan Jorge Mohr y Juan Haas, de Rodersweyer, principado de Hesse, que en calidad de diputados de un crecido número de sus compatriotas de diversos otros principados y provincias, A.L.R.P.D.V.E. con la mayor veneración que fueron instruidos por avisos impresos en idioma alemán (de los cuales juntan aquí un ejemplar) de los auxilios y privilegios que la bondad del Rey nuestro Sr. que Dios guarde se sirve conceder a todos los que vengan a establecerse en sus dominios... en la permanente resolución que han tomado de querer establecerse en los dominios de S.M. como fieles y laboriosos vasallos y hacerse seguir de sus familias y de un crecido número de parientes y compatriotas, de los cuales últimos y sus parientes hay un gran número establecido en Sierra Morena[31].
Siguen exponiendo los impedimentos que pondrá el Rey de Francia a partir de Junio y la imposibilidad de venir antes Agosto y Noviembre: Pero como se sabe en Alemania y Suiza que el Rey de Francia no ha permitido el paso a dichos emigrantes por sus estados, sino solamente hasta el principio del mes de Junio próximo, lo que pondrá a la mayor parte de dicha gente en la imposibilidad de poderse aprovechar en tiempo tan breve de los auxilios de S.M. y aumentar el número de sus vasallos, porque unos no podrán ponerse en camino para España hasta después de la cosecha y otros después de la vendimia y haber recogido los frutos de su trabajo, que no pueden hacerse antes de los meses de Agosto y Octubre...
Aunque con cifras más bajas, confirma la veracidad de estos documentos el plan de individuos existentes en Sierra Morena a finales de Noviembre de 1768; estadillo muy exacto por tratarse de las cuentas ajustadas de pan y prest[32]:
“Puntos Nº Departamentos Individuos Pan diario en raciones Prest diario en reales
Peñuela 9 1.094 977 923’30
Carboneros 4 357 327 311’04
Aldeaquemada 2 275 247 233
Guarromán 4 483 436’50 415’08
Arquillos 3 310 279 262’16
Santa Elena 3 386 347’50 322
Departamentos 25 2.905 2.614 2.467’24”
Al total de 2.614 personas de las colonias había que sumar las de Venta de los Santos y Rumblar, más el fuerte contingente de defunciones habidas durante el verano.
Pese a la incorporación de otras 275 personas entre Agosto y Noviembre, sin contar los procedentes de la caja de Málaga (unos 3.894 colonos), según estadillo de 30 de Noviembre, debidamente actualizado con altas y bajas, en Sierra Morena había 2.905 personas, excluidas las de Venta de los Santos y Río Rumblar, cuyo número podría ascender a 300 personas más, elevando el total a 3.205. En escrito de Jijón a Múzquiz de 17 de Julio le señala que ya hay 4.152 individuos establecidos[33].
Para las cuentas de Thürriegel, el 25 de Septiembre de 1768 se habían superado los 2/3 de su expresada contrata. El escrito dice[34]: “SEÑOR: Don Juan Gaspar de Thürriegel, a L.R.P. de V.M. Con la mayor veneración expone que es notorio tuviera concluida su la contrata de 2 de abril del año pasado de 1767, en que se obligaba a introducir en España seis mil colonos alemanes y flamencos, a no haberlo impedido las repetidas órdenes con que la Corte de Francia se ha opuesto en diversas ocasiones al paso de dichos colonos, según consta a S.M. y a su Supremo Consejo y ministros. Y sin embargo de haber perdido para esta causa considerable número de dichos colonos, tiene ya cumplidos más de 2/3 de su expresada contrata, pasando de 4.400 los que se hallan en Sierra Morena sin los que, según noticias que tiene el exponente, se hallan en camino para estos dominios. En cuyo concepto, y habiéndose dignado V.M. conceder al exponente (cumplida que fuese su obligación) una patente de coronel para su persona, con cuatro de capitán e igual número de teniente para premiar a las personas que coadyuvasen a este servicio, todas con sueldo de vivo, expresando en el artículo XII y página 5 de la misma contrata que si el exponente llegase a morir introduciendo el número de tres mil colonos, se le concedería a su mujer, por vía de pensión, la viudedad de coronel del ejército; rendidamente
Suplica a V.M. que, en atención a lo que lleva expuesto y a constar no haber sido omisión del exponente el no hallarse enteramente cumplido el referido servicio, a que se agrega ser tan corta la parte que resta que completar, se digne V.M., usando de su benignidad, mandar expedir al suplicante la patente de coronel para su persona, una de capitán para D. Luis Lorenzo de Gorce, empleado en el puerto de Sète en la comisión de embarco de colonos, que por no hallarse condecorado en servicio de V.M. ha sufrido varias molestias y aún el estar arrestado en aquel destino, y otra patente de teniente para D. Pedro Lucio de Diosdado, todas tres con el sueldo de vivo, quedando las seis patentes restantes pactadas para cuando esté enteramente concluido el todo del asiento”.
El descenso había que justificarlo no sólo por las defunciones, sino porque las remesas de colonos empiezan a desviarse al desierto de La Parrilla a partir de Septiembre de 1768, debiéndose añadir los remitidos desde Sierra Morena. En febrero ya se habían recibido 886 personas a las colonias de La Parrilla; en La Carlota 689, en Fuente Palmera 101, en La Luisiana 54 y en San Sebastián de los Ballesteros 42[35].
Debe hacerse notar que al comienzo no se había en las colonias de Andalucía. Lo dice el mismo Olavide :”En las Poblaciones de Andalucía no se sembró nada porque aún no se había pensado en ellas”.
En estas fechas hay una auténtica confusión; algunos colonos se envían a Sierra Morena cuando su punto de destino era La Parrilla (segunda remesa de Aldeaquemada), otros son trasladados, como los saboyanos de Magaña que, junto a su capellán D. Santiago Didier, serían trasladados a Fuente Palmera (Córdoba), sin poder confirmar si se trata de los 75 colonos alemanes que Quintanilla afirma haber recibido el 12 de Noviembre trasladados desde La Peñuela. Quedan colocados en sus respectivas suertes y proveídos de todos útiles para el trabajo[36].
Fuera de los contratados por Thürriegel y de los recibidos que vienen por propia iniciativa, hay otros que se reciben por órdenes superiores, como las familias de Pego recomendadas en Agosto de 1768 o la de Pedro Robira (sic) que con fecha de 1º de Octubre “se comunica la orden correspondiente a Jijón para que admita por colono de las Nuevas Poblaciones a Pedro Robira, natural de Lérida en Cataluña, con su mujer y dos hijos en los términos que se hallan establecidos los demás colonos”[37].
Este sería de los colonos más díscolos y agresivos con sus vecinos. En 1772 dice que Olavide lo despidió de la suerte por una palabras que tuvo con otro vecino, sin haberle oído y observado formalidad alguna...[38].
Olavide argumenta que, admitido casi al principio del establecimiento, se le dio su suerte con los ganados y demás efectos de su dotación[39]. Pero pocos días después, su genio díscolo y feroz inquietó a todos sus vecinos de tal modo que por las quejas de éstos y por las que también me dieron los inspectores de no poder moderarlo, ha sido preciso mudarlo por tres veces a distintas suertes. Que destinado en la del nº 40 del 2º Departamento de esta Capital, dándole de nuevo, como en las anteriores, ganados y demás utensilios, me parecía que después de haberlo reprendido y amonestado por mí mismo ya se corregiría y viviría con normalidad. Pero a poco tiempo me hallé con nuevas quejas de sus nuevos vecinos, que son de los más honrados de la colonia. Sin embargo, por conocérsele, por otra parte, bastante aplicación al trabajo, no hice sino amonestarlo otra vez, apercibiéndolo de castigarlo si no se mejoraba. Y así pasó hasta el Agosto de 70.
Cogió su cosecha que le produjo 106'5 fanegas de todo grano y llegado el mes de Diciembre ya no tenía que comer. Se me presentó pidiendo o trigo o pasaporte y yo, viendo su desbarato y mal ejemplo que de darle se seguía a los demás colonos, me negué a socorrerlo y admitir la dejación de la suerte el 11 de febrero de 71.
Pocos días después se presentó pidiendo de nuevo la suerte, con protestas y ofrecimientos de mejorar de conducta y yo, no sólo mandé volvérsela, reemplazando por cuarta vez las vacas, sino que le concedí un socorro mensual de trigo para que viviese hasta la nueva cosecha.
Llegó ésta y cogió 132 fanegas. Pero estuvo tan lejos de mejorarse en su desbarato y disipación que, a muy pocos días de acabada la recolección, ya no tenía un grano y tuvo la desvergüenza de presentárseme a pedir trigo para sembrar y comer.
Ya era tiempo en que yo debía castigarlo y no pensar sino en que esta familia sirviese de escarmiento a los demás. Pero no hice otra cosa más que negarle el trigo que pedía y abandonarlo a que él tomase su partido. Desde entonces empezó a ejercitarse en el oficio de calero. Y después de la siembra de aquel año no volvió a dar un golpe en la suerte, abandonando también los ganados.
Continuó también inquietando a sus vecinos y, sin embargo de haberle vuelto a amonestar y de darle el título de propiedad por acabar de probar si por estos medios se corregía, dio lugar a que los vecinos, después de repetidas quejas de sus insultos, viniesen últimamente a pedirme que o los quitase de allí o les permitiese a todos dejar las suertes, que son las mejores de la Colonia.
El más acometido de sus insultos ha sido el alcalde alemán Pablo Frank, hombre de conocida honradez y de otras virtudes que lo hacen estimable. Llegó a tanto sus rústico tesón con este vecino que no pasaba día en que por el paso de una gallina de una a otra suerte y por disputarle el usode un pozo, que es común a varios vecinos, lo ultrajaba públicamente; despreciaba su jurisdicción; lo amenazaba de matarlo y llegó a tanto su encono que de intento por perjudicar al alcalde prendió fuego a un rastrojo en su suerte y lo dirigió de modo que a no concurrir varios vecinos a acabarlo, hubiera quemado cuanto tenía el alcalde, pues ya estaba toda su casa cercada de llamas. Últimamente lo puso en estado de que, intimidado de una persecución tan ruda, vino a pedirme estrechamente que mudase a uno de los dos, protestándome que de otro modo no podía volver al Departamento.
Pero no fue sólo el alcalde. Muchos de aquellos colonos, sus vecinos, vinieron a pedirme o que los pusiese en otra parte, o que les quitase un hombre turbulento, díscolo, que a todos inquietaba, a quien todos temían, concluyendo que más querían irse de Sierra Morena y perder su establecimiento que sufrir las continuas molestias, daños y desazones que les ocasionaba esta familia desarreglada y feroz de marido y mujer, igualmente locos y furiosos.
En esta caso me pareció que era ya indispensable tomar partido. Convencido por mí mismo de la verdad de estos hechos; viendo la inutilidad de mis pasadas repetidas amonestaciones; el desprecio de la autoridad del alcalde, que tanto conviene sostener; la bondad de aquellas familias; la mala conducta de Rubira, calificada últimamente con el hecho de que habiendo cogido en esta cosecha más de cien fanegas de grano, al acabar la recolección ya no tenía ninguno, y de los ganados que se le reemplazaron por cuatro veces, ya no tenía más que una vaca inútil y una burra que estaba muriendo; viendo finalmente que ya no podía conservarse este colono sin darle por quinta vez sus ganados y también ganado y utensilios, sin ninguna esperanza de mejorarlo, concebí que convenía darle pasaporte y admitirle la dejación que había hecho de la suerte y mandé al inspector (de quien se valió para pedirme el pasaporte) que recogiese lo que quedaba, que se reducía a una vaca mala, una burra moribunda, cinco ahechaduras de trigo y tierra y media fanega de centeno...De esta clase era Rubira y con él se ha verificado puntualmente la disposición expresada...
No menos desidioso es el comportamiento de José Beisrrok, como explica D. Miguel Ondeano[40]: “Excmo. Sr.: Muy Sr. mío: Con fecha 11 de Diciembre me ha dirigido V.E, de orden del Rey, un memorial presentado por José Beisrrok, colono que ha sido de la población de Carboneros en que significa haber pasado a Alemania con licencia del Superintendente y que creyendo hallar proveída la suerte que dejó, pedía a S.M. le mandase colocar en otra. Sobre lo que me ordena V.E. providencie yo lo que sea más equitativo, guardando al interesado el derecho que tuviere.
En observancia de esta orden, habiéndoseme presentado el interesado, procedí a tomar el conocimiento correspondiente de los hechos que contiene su memorial y he encontrado que este colono es de los más antiguos que han entrado en la colonia por medio del asentista Thürriegel. Que se le dotó con la suerte número 31 de Carboneros, una de las mejores que hay en todas las Poblaciones, dándole los utensilios, ganados y abundantes auxilios que han sido comunes a todos, hasta descuajarle a costa de S.M. la mayor parte de su suerte. Que en los cuatros años que estuvo en ella ha cogido muy abundantes cosechas, que malgastó en poco tiempo, poniendo a este gobierno en la necesidad de volver a socorrerlo para conservarlo. Que fue preciso reemplazarle varias veces su ganado, que o mataba, o perdía o dejaba comer de los lobos. Que sus desórdenes, su ociosidad y disipación dieron motivo a que se corrigiese en diferentes ocasiones y siempre sin fruto. Y últimamente, que habiendo cogido en el último año más de 150 fanegas sólo de trigo, a pocos meses de la cosecha se presentaron marido y mujer pidiendo grano para comer y sembrar y una vaca que les faltaba y, en defecto de esto, su pasaporte, habiéndosele negado todo por el Superintendente, desertaron sin dejar de cuanto se les había dado más que una vaca y un becerro.
De todo está convencido y confesó el mismo Beisrrok. Y sin embargo de que de ningún modo es acreedor a la más leve consideración y antes debía ser castigado; el ardiente deseo de la conservación de las familias extranjeras; el ver que ésta ha experimentado ya en su mismo delito el castigo que merece; que me parece corregida y ansiosa de establecerse de nuevo y, más que todo porque sirva de ejemplo a los demás que residen aquí, la miseria y necesidad que ha pasado y sea un testimonio de que ni en su propio país ni en los demás que ha corrido ha podido encontrar la felicidad en que el magnánimo corazón de S.M. los ha puesto, me he resuelto a darle, como en efecto le he dado una suerte que estaba vacante con la siembra de 6 fanegas de trigo y 2 de centeno, librándole también hasta la cosecha algún socorro para que vaya trabajando y adelantando sus descuajes y barbechos. Lo que participo a V.E. para su inteligencia. Dios guarde…”
Hubo sediciosos que se presentan en grupo en Aranjuez sin autorización como portavoces de infundadas quejas generales[41]: “Excmo. Señor: Jacob Reling, Nicolás Ylchy y Federico Maysner, colonos de la nueva Población de Sierra Morena, vecinos de ella, en La Carolina y sus departamentos, puestos a los reales pies de V.E. con toda veneración dicen haber venido a este Real Sitio como apoderados de todos los demás colonos a varias diligencias; y teniendo que restituirse al mismo País y destinos que ocupan, el uno de Alcalde, que es Reling; Ylchy Labrador; Maysner, Fabricante de medias de años. Sevilla, 13 de Diciembre de 1767. Ilmo. Sr.
Besa la mano de V.I su mayor servidor. D. Pablo de Olavide (rubricado)
Estado del caudal recibido en Tesorería de Poblaciones de Sierra Morena, desde 22 de Agosto de 1767 hasta el 9 de Diciembre de él e inversiones hechas en el propio tiempo. Reales de vellón
Recibido en 22 de Agosto por remesa, que de la ciudad de Jaén hicieron el Administrador y Tesorero de Rentas Provinciales D. Francisco Javier de Salazar y D. Juan Salas Valdés 150.000.
Idem en 22 de Octubre, también estambres con dos telares, rendidamente.
A V.E. suplican que por efecto de su piedad se digne favorecerles con Real Carta Orden para el Intendente Subdelegado de dicha Población, a fin de que no se moleste a sus personas por la ausencia que hicieron y que se les admita a sus destinos; amparándoles V.E. en la pretensión que tienen introducido a beneficio de todos los naturales. Así lo esperan de la caridad de V.E.”
Pero en esta sociedad artificiosa también hubo personas de vida ejemplar. Es el caso del valenciano Joaquín Cleriés o del catalán Bruno Berenguer. Cleriés, propietario de las suertes 55 y 62 de Fuente Palmera, pidió y obtuvo permiso para volver a su tierra a causa de la enfermedad contraída; en compensación por dejar yunta, pertrechos, casa, suertes, con lo labrado en la huerta fue premiado por la Real Hacienda con 3.108 reales que se le entregaron el mismo día de su marcha, 8 de Noviembre de 1776[42]. A Bruno Berenguer se le extendió un certificado acreditándosele haber quedado ciego en su trabajo de albañilería[43]: “D. Miguel Ondeano, Contador honorario de los Ejércitos de S.M. y Subdelegado en la Superintendencia General de Nuevas Poblaciones de Sierra Morena.
Certifico, que habiendo Bruno Berenguer, de nación catalán, su oficio de Albañil en estas Poblaciones, por espacio de diez meses en las obras que por cuenta de S.M. se han construido, perdió la vista en este ejercicio, según me lo ha hecho constar por certificaciones del Médico D. Juan Calvet y del Maestro Mayor de Obras; siendo cierto que este individuo cuando vino a La Carolina no tenía ninguna enfermedad en los ojos, y que la que actualmente tiene la ha adquirido en este servicio. La Carolina, dieciséis de Julio de mil setecientos setenta y seis. D. Miguel Ondeano”.
Para el establecimiento de los emigrados extranjeros y creación de las colonias, incluidos todos los gastos, la Real Hacienda debió desembolsar por los siguientes conceptos:
a) Gastos del viaje desde sus lugares de origen.
b) Manutención de colonos hasta su llegada al punto de destino.
c) 326 reales por persona entregados a Thürriegel. En total 2.525.619 reales, según cuentas presentadas por el asentista el 13 de Noviembre de 1769.
d) Casa hecha, con camas, mantas, jergones y demás enseres.
e) Aperos de labranza: un pico, azada, hacha, martillo, arado, cuchillo de monte y otros útiles. A los pobladores que eran artesanos se les suministraban las herramientas propias de su oficio.
f) 2 vacas, 5 cabras[44], 5 ovejas, 5 gallinas, 1 gallo y 1 cerda de vientre.
g) Una, dos o tres suertes de 800 x 300 varas cada una (en las de Andalucía, 1.000 x 250). Las de Arquillos eran inferiores, así como las de San Sebastián de los Ballesteros (Córdoba), en este caso de 24 fanegas, 5 aranzadas de olivas y 5 de viñas.
h) La ayuda de pan y prest, prevista para el primer año, se prorrogó hasta Septiembre de 1770; a los mayores de 16 años se les daba 1 real de vellón diario y una ración de pan de 24 maravedíes; de 10 a 16 años se les entregaba 6 cuartos (24 maravedíes) y la misma ración de pan y a los menores 4 cuartos (16 reales) y media ración de pan[45]. Los libramientos formales por prest, entre el mes de agosto de 1767 y fin de octubre de 1769 se elevaban a 2.085.252 reales y 18 maravedís en Sierra Morena y de interinos 591.633 reales y 30 maravedís y en Andalucía, entre el 20 de Mayo de 1768 y Octubre de 1769, la manutención se elevó 223.123 reales y 25 maravedís.
i) Adquisición de terrenos.
J) Gastos de levantamientos de planos, deslindes, amojonamiento y partición del terreno en suertes.
k) Más de 4.000 jornales diarios en los descuajes de 1769.
l) Exención fiscal del canon enfitéutico durante diez años y de 4 años de diezmo, que luego se prorrogarían por otros 4 años y en 1774 por otros 3 años más y del canon de Novales[46]: “Muy Sr. mío: Con fecha 22 del próximo pasado me dice V.I. no dada habré tenido presente que los diezmos de los frutos que han producido las tierras incultas, abiertas y reducidas a cultura por los nuevos colonos de las poblaciones, o de cuenta del rey, pertenecen a S.M. por el breve llamado comúnmente de Novales, concedido por Benedicto XII a S.M. en 30 de Julio de 1729. Pero debo significar a V.I. que, aunque estoy en el mismo entender de que los diezmos de los frutos que se expresan, pertenecen a S.M., no he dado providencia alguna por ahora dirigida a este efecto respecto de que S.M. en el Fuero de Poblaciones, y señaladamente en el capítulo 57, concede la exención de Diezmos por el término de 4 años, dejándolos a beneficio de los colonos; y previniendo en lo sucesivo, pasados los 4 años, queden a beneficio del Real Patrimonio”.
m) Sueldos de funcionarios y personal subalterno como: comandantes, maestros de obras, médicos, ingenieros, delineadores, sacerdotes, escribanos, contador, guardas de almacén, gañanes. albañiles...
n) Construcción de posadas y mesones, iglesias y capillas, hospitales, molinos de pan y de aceite, tahonas y fabricas...
o) Gastos de regreso a sus países de algunas personas que se encontraban enfermas y solicitaron el pasaporte para volver.
Olavide mandó también hacer más de 3.000 vestidos y mayor número de camisas, que se han distribuido a los colonos por coste y costas, de este modo están todos mantenidos.
Los gastos se habían elevado tanto que se llegó a hacer una evaluación de la ventaja que suponía dar 30 fanegas de trigo para mantenerse a cada familia de 2 personas[47]: “En primer lugar, siendo así que hasta aquí no han consumido los colonos más que una ración de 24 onzas al día, que son 30 raciones al mes y 4 fanegas y media de trigo al año, suponiendo que cada fanega produzca solo 80 raciones. Ahora se le abona a cada uno una ración y un tercio de otra o 40 raciones al mes, que corresponden a media fanega mensual o seis fanegas al año.
Este supuesto de 80 raciones les es también muy favorable porque cada fanega da tan poco y es menester que el trigo sea de muy inferior calidad para que rinda tan corto número de raciones. Y siendo el que se coge en las Poblaciones de calidad superior a que se agrega lo bien granado de año, es de esperar que ninguna baje de 90 y que las más se acerquen a 100 raciones.
El cálculo de 30 fanegas parece más que suficiente para dos personas que no tuvieran otra cosa. Pero los colonos tienen otras muchas que les han de ayudar a subsistir. Los más han sembrado a lo menos 3 celemines de garbanzos; otros tres de guijas; otros tres de maíz; y muchos mayor cantidad de estas especies: los más tienen huertos y verdura en ellos que comen y venden. Los más tienen vacas, muchos cabras, y con esto, leche que sustenta a todos y algunos hacen manteca y queso que venden. Todos tienen gallinas y pollos; unos venden los huevos y otros se los comen. No pocos venden leña, principalmente los que están más cerca de los lugares nuevos y antiguos. Todos tienen cría y manadas de puercos, de los cuales venden unos y salan otros que guardan para comer todo el año. Estos auxilios no son cortos y ninguno se les pone en cuenta.
Últimamente, el cómputo que se les hacen rueda sobre los doce meses al año. Y ellos no tienen que esperar tanto para la otra recolección, pues el Rey les da el Pan y Prest hasta el último día de Agosto de este año de 1770, y en abril y Mayo ya empezarán a tener semillas, habas, guisantes y otras legumbres. Los granos los recogerán el mes de Junio y así les queda por lo menos de favor en dicho cálculo.
En cuanto a las fanegas que se les abona, tanto para las legumbres y condimentos, como para vestidos, se les computa el valor de cada fanega a 30 reales y es tan difícil que valga menos, como es natural que valga más. Pero se tendrá presente este artículo para que si acaso se verifica que el precio sea menor, se les tenga en consideración esta rebaja, bien que se procurará tomar providencias para que el trigo no decaiga de aquel precio”.
Pero las previsiones se desbordan. Cuando comienzan los gastos se ve que se precisan muchos más caudales de los supuestos. Al principio se hizo preciso contruir un hospital en cada colonia. Después, cuando me pareció tiempo, mandé que cesasen éstos y sólo subsistiese uno general[48]. Todos los documentos de ingresos y gastos de 1767 quedan recogidos en diferentes documentos. En el pormenorizado estadillo de 10 de Noviembre se detallan como entrada de caudales la cantidad de 482.398 reales y 30 maravedíes y en la salida 197.094 reales y 16 maravedíes, quedando unas existencias de 285.304 reales y 14 maravedíes; hasta el 9 de Diciembre se llevaban recibidos por diferentes conceptos 604.960 reales y 30 maravedíes, en tanto que la inversión se elevaba a 360.138 reales y 33 maravedíes y quedaban existentes en Tesorería 244.821 reales y 31 maravedíes. Véase el siguiente estadillo de cuentas[49]:
“CARGO
Por carta de pago otorgada en 22 de Agosto de 1767 por D. Juan de Landa, pagador de las expresadas nuevas Poblaciones, a favor de D. Francisco Javier de Salazar y D. Juan de Sala y Valdés, Administrador General y Tesorero de las Rentas Provinciales de la ciudad de Jaén y su Reino, entraron en Caja: 150.000 reales de vellón.
Por otra de 26 de Septiembre, dada por el mismo a favor de D. Juan de Arce, encargado de la conducción de efectos y ganados, de los que pertenecieron al Colegio de los Regulares de la Ciudad de Córdoba y por el valor de la carne y piel de una vaca que se desgració en el camino, entraron: 229 reales.
Por otra de 15 de Octubre, dada por el mismo, a favor de D. Francisco La Herrera, director de los ganados y labores de las expresadas Poblaciones 575 reales; 440 de ellos por el valor de un macho romo mular que se vendió por inútil y los 135 restantes por el de una res vacuna que se desgració y se vendió: 575 reales.
Por otra del 22 del mismo, 21.600 reales que recibió D. Juan Colett, apoderado de la provisión de colonos, por el valor de 600 fanegas de harina pertenecientes a las Poblaciones, que se le vendieron al precio de 36 reales cada una: 21.000 reales.
Por otra del mismo día 22 de Octubre, 300.000 reales de vellón que recibió de D. Francisco Javier de Salazar y D. Juan Sala y Valdés, Administrador General y Tesorero de Rentas de la ciudad de Jaén y su Reino: 300.000 reales.
Por otra del 28 del mismo, 137 reales de vellón que recibió de D. Francisco La Herrera, citado en la 3ª partida, por el valor de 3 fanegas de cebada y 26 arrobas de paja que suministró a D. Clemente Brevill, Cirujano del Regimiento Suizo de Reding y del Hospital de Colonos de las de su cargo, y cobró del mismo al precio de 24 reales la fanega de cebada y al de 2’5 reales la arroba de paja: 137 reales.
Por otra de 12 de Noviembre, 9.857 reales, que recibió del expresado D. Francisco La Herrera, por el valor de 164 y 184 cabras vendidas a diferentes precios: 9.857 reales.
Entrada total de caudales. 482.398 reales.
DATA: Sueldos de empleados
Por libranza despachada en 31 de Agosto de 1,767 y recibo del mismo día, se les satisficieron por los sueldos que les están señalados y vencieron en el mismo: 7.821 reales.
Por otra de 30 de Septiembre y recibo del mismo día, se les pagaron por los señalamientos devengados en el mismo mes: 7.821 reales.
Por otra de 2 de octubre y recibo Id. se pagaron a D. Clemente Fatuarte, nombrado Habilitado para la percepción y distribución del haber de Colonos, con el goce de 6 reales diarios por el que correspondió y venció desde 24 de Agosto hasta fin de Septiembre siguiente: 228 reales.
Por otra de 31 de Octubre citado y recibo del mismo día, se pagaron a los referidos empleados de pie fijo 8.187 reales que vencieron en el expresado mes: 8.157 reales.
Por otra de 5 de Octubre y recibo del mismo día, se pagaron a D. Clemente Fatuarte, Habilitado de Colonos, por el sueldo que venció, con arreglo a su señalamiento desde el expresado mes de Octubre hasta 4 de Noviembre citado: 310 reales.
Gasto de manutención de colonos
Por libranza de 2 de Septiembre y recibo del mismo día, se pagaron a D. Eugenio Dorado, en partida de mayor suma, 72 reales por los haberes que vencieron hasta fin de Agosto anterior los colonos e individuos de sus familias que existieron hasta el mismo: 72 reales.
Por otra de 13 del mismo, se pagaron ídem en todo, como la antecedente, por el haber que devengaron ídem hasta 12 inclusive del mismo los expresados colonos: 81 reales y 32 maravedís.
Por otra de 30 de Septiembre y recibo de 1º de Octubre se pagaron a D. Clemente Fatuarte, Habilitado para el cobro y distribución del haber de colonos 1.245 reales y 14 maravedís por el que devengaron hasta fin de Septiembre antecedente: 1.245 reales y 32 ms.
Por otra de 13 de Noviembre y recibo del mismo, se pagaron al citado Habilitado de Colonos: 7.447 reales y 16 ms.
Compra de hierro y útiles
Por libranza de 23 de Agosto de 1.767 y recibo del mismo día se pagaron a D. Eugenio Dorado por el valor que tuvieron en compra y conducción desde la Villa de Bailén a esta Sierra, diferentes instrumentos de agricultura, albañilería, cantería y otros: 1.393 reales y 17 ms.
Por otra de 2 de Septiembre y recibo del mismo día, se pagaron al Maestro Herrero Blas Garrido, vecino de Baeza 2.199 reales que tuvieron de valor, en compra, compostura y conducción, diferentes herramientas, pertenecientes, unas, a los Regulares de referida ciudad y otras a particulares, de quienes se recogieron: 2.199 reales.
Por otra del 5 del mismo, se pagaron a Juan Martínez y compañeros 2.817 reales 12 maravedís por el valor de 108 arrobas, 9 libras de hierro, en barra, que se les compraron a 26 reales cada una: 2.817 reales y 12 ms.
Por otra de 25 del mismo, se pagaron a D. Miguel Ondeano 2.720 reales y 32 maravedís de vellón que tuvieron de valor en compra y conducción diferentes útiles de hierro, madera, esparto y otros que, por comisión particular, mandó trabajar en la villa de Linares y remitió a esta Sierra: 2.720 reales.
Por otra del 26 del mismo se pagaron al Maestro Herrero Carlos Bertini 902 reales y 18 maravedís liquidados con deducción de 394 reales y 18 maravedís que recibió en hierro, de 1.297 reales que debió haber por el valor de diferentes instrumentos que trabajó y entregó, composturas y calzaduras de otros: 902 reales y 16 (sic) ms.
Por otra del 30 del mismo 2.639 reales y 9 ms. que se pagaron al Maestro Herrero Julián Trujillo por resto y pago con 150 que tenía recibidos de 2.789 reales y 9 maravedís que importaron los instrumentos que hizo y entregó con las composturas, reforzaduras y amoladuras de otros: 2.639 reales y 9 ms.
Por otra del mismo día, se pagaron a Eugenio Dorado 144 reales por la compra, a peso, de diferentes herramientas, con el peso de 2 arrobas, 14 libras al respecto de reales y cuartillo cada libra: 144 reales.
Compra de maderas
Por libranza de 2 de Septiembre y recibo del mismo día, se pagaron a D. Eugenio Dorado, en partida de mayor suma 24 reales que satisfizo por 12 maderos, llamados piernas de asnao (sic), a 2 reales cada uno: 24 reales.
Por otra del 18 del mismo id. a D. Francisco Aparicio por el valor de 36 tablas a 3’5 reales cada una: 126 reales.
Por otra de 27 de Septiembre citado y recibo del mismo día, se pagaron a Juan Martínez y compañeros 420 reales por el valor de 120 tablas a 3’5 reales cada una: 420 reales.
Por otra de 28 del mismo id. se pagaron a Antonio Olivares y compañeros, por el valor de 272 tablas y 4 alfajías a 3 reales cada pieza: 828 reales.
Por otra de 9 de Octubre y recibo del mismo día, se pagaron a Matías Herrera y compañeros 444 reales y 24 maravedís, por el valor en compra y conducción desde la Sierra de Segura a ésta, de 142 tablas y alfajías a 2 reales y 3 maravedís cada pieza: 444 reales y 24 ms.
Por otra de 26 del mismo, se pagaron a Pedro García y compañeros 360 reales por los portes de 142 tablas que condujeron desde la Sierra de Rus a ésta: 360 reales.
Por otra de 28 del mismo, se pagaron a Pedro de Najes 375 reales por los portes de 150 tablas y alfajías que condujo desde la Sierra de Segura a ésta: 375 reales.
Conducciones
Por libranza de 31 de Agosto y recibo del mismo día, se pagaron a Juan Ojeada 430 reales por resto de los que devengó en la conducción de una porción de hachas de mano que condujo desde la Sierra de Segura a ésta: 430 reales.
Por otra de 2 de Septiembre se pagaron a D. Eugenio Dorado en partida de mayor suma 225 reales que satisfizo a Manuel Dueñas por los acarreos de piedra que ejecutó con sus carretas para estas fábricas: 225 reales.
Por otra de 13 de Septiembre citado, se pagaron al mismo D. Eugenio Dorado por id: 244 reales.
Por otra de 24 del mismo se pagaron a Manuel Segura, por la conducción de 100 fanegas de harina desde la ciudad de Baeza a esta Sierra: 306 reales.
Por otra de 30 del mismo se pagaron a D. Eugenio Dorado 2.762 reales y 26 maravedís que satisfizo por la conducción de diversos efectos, transportados de distintos parajes a esta Sierra: 2.762 reales y 26 ms.
Por otra de 2 de octubre se pagaron a Alfonso Alejandro de Padilla, por los portes de una porción de paja que condujo desde La Laguna a esta Sierra: 340 reales.
Por otra de 3 del mismo se pagaron a Pablo Jurado, por los portes de 27 fanegas de escaña que condujo desde la ciudad de Baeza a esta Sierra: 63 reales.
Por otra de 5 del mismo se pagaron a Manuel Reina 300 reales, a cuenta de los que devengó en la conducción de diferentes útiles desde la ciudad de Sevilla a esta Sierra: 300 reales.
Por otra de 10 del mismo, se pagaron a Juan Gómez por la conducción de 50 tiendas de campaña desde Bailén a esta Sierra: 84 reales.
Por otra de 13 del mismo, se pagaron a Manuel Dueñas 270 reales por resto de 470 reales que devengó en 47 jornales que ejecutó con sus carretas, conduciendo piedra, maderas y otros útiles a estas fábricas: 270 reales.
Por otra de 22 del mismo se pagaron a D. Juan de Luna, encargado de 2 remesas de dinero, hechas desde la ciudad de Jaén a esta Caja, por los gastos ocurridos en la conducción de ellas: 400 reales.
Por otra de 25 del mismo se pagaron a Manuel Dueñas 270 reales que devengó en 27 jornales de acarreos de piedra y otros efectos que ejecutó con sus carretas para estas fábricas: 270 reales.
Compra y fábrica de cal, ladrillo y teja
Por libranza de 10 de Octubre de 1767 y recibo del mismo día, se pagaron al Maestro Calero, Salvador Rico, 322 reales y 2 maravedís por resto y entero cumplimiento de 862 reales y 2 maravedís, que venció por la entrega de 86 arrobas y 7’5 fanegas de cal al precio de 10 reales la arroba que han servido a la construcción de casas de esta Población: 322 reales y 2 ms.
Por otra de 22 y recibo de ídem, se pagaron al maestro tejero José Gómez 147 reales 17 maravedís a entero pago de 427 reales y 17 maravedís de la misma moneda que le correspondieron por 2.700 tejas y 6.081 ladrillo a 50 reales el millar: 147 reales y 17 ms.
Por otra de 4 de Noviembre de 1767 y recibo del mismo día se pagaron a los Maestros tejeros Francisco de Paula y Pedro Torrecillas 167 reales y 30 maravedís a entero pago de 517 reales 30 maravedís que le correspondieron por 3.178 tejas y 7.190 ladrillos a 50 reales el millar: 167 reales y 30 ms.
Gastos de jornales y destajos
Por libranza de 2 de Septiembre y recibo del mismo día, se pagaron a D. Eugenio Dorado, en partida de mayor suma, 1.321 reales que satisfizo por los jornales y destajo de la tropa y paisanaje hasta fin de Agosto anterior: 1.331 reales.
Por otra de 13 ídem se pagaron al mismo 710 reales que satisfizo por jornales de diferentes clases ejecutados por los paisanos hasta dicho día: 710 reales.
Por otra ídem, se pagaron al mismo 184 reales que satisfizo por jornales de destajos, ejecutados hasta el mismo: 184 reales.
Por otra de 30 ídem, en todo: 397 reales y 19 ms.
Por otra del mismo día se pagaron a ídem 385 reales que satisfizo por los jornales de diferentes clases, ejecutados por los paisanos hasta 29 de dicho mes: 1.385 reales.
Por otra de id se pagaron a D. José Schuller 4.452 reales y 29 maravedís, que satisfizo por jornales y particulares destajos que ejecutó la tropa hasta el mismo día: 4.452 reales y 29 ms.
Por otra id. se pagaron al mismo 3.184 reales y 10 maravedís que satisfizo por jornales de destajos, ejecutados por ídem en todo: 3.184 reales y 10 ms.
Por otra de id. y recibo del mismo día, se pagaron a los Maestros de Cantera, Manuel Antonio Díaz y compañeros 468 reales que vencieron en jornales ejecutados en la misma: 468 reales.
Por otra ídem se pagaron al Maestro de Cantera Cristóbal Vicente por 17 jornales que ejecutó en ella a 8 reales cada uno: 136 reales.
Por otra de 1º de Noviembre se pagaron a los Maestros Aladreros Luís Arista y Bartolomé de la Poza 108 reales por 12 jornales que ejecutaron en su oficio a 9 reales cada uno: 108 reales.
Por otra de 4 del mismo se pagaron a D. José Schuller 16.744 reales y 31 maravedís que satisfizo por los jornales y destajos ejecutados por la tropa hasta fin de Octubre antecedente: 16.744 reales y 31 ms.
Por otra del mismo día se pagaron a Vicente Rico 6.348 reales que satisfizo por los jornales ejecutados por los paisanos hasta fin de Octubre anterior: 6.348 reales.
BUENAS CUENTAS
Por libranza de 2 de Septiembre de 1767 y recibo del mismo día, se pagaron a D. Eugenio Dorado en partida de mayor suma 300 reales que entregó a buena cuenta de lo que debían devengar los Maestros Herreros en estas fábricas: 300 reales.
Por otra de 13 del mismo mes de Septiembre se pagaron al expresado D. Eugenio Dorado por los que entregó a buena cuenta a los maestros caleros, tejeros, herreros y al carretero Manuel Dueñas: 430 reales.
Por otra de 26 y recibo ídem, se pagaron a D. Juan Duval, encargado del Hospital de Colonos a buena cuenta de los gastos de él: 600 reales.
Por otra de 30 ídem en todo, se pagaron a D. Eugenio Dorado 1.417 reales que tenía entregados a los Maestros caleros, tejeros, herreros y al carretero Manuel Dueñas: 1.417 reales.
Por otra de 6 de Octubre se pagaron a D. Pedro Ulloa, Subdelegado en la Población de Guarromán, a cuenta de lo que tenía invertido y debía invertir en los gastos de la misma: 18.000 reales.
Por otra de 6 de Noviembre y recibo del mismo día, se pagaron a D. Benito San Martín, encargado del cobro y distribución de los gastos de Población de Santa Elena, bajo la orden del Teniente de Guardias Españoles, D. Francisco Longoria, Subdelegado en la misma, a buena cuenta de los hechos y que se hiciesen en ella: 50.000 reales.
Manutención de ganados
Por libranza de 8 de Octubre de 1767 y recibo del mismo día, se pagaron a Andrés Noguera, en partida de mayor suma, 1.100 reales y 29 maravedís por el valor de 5 fanegas de centeno, 2 arados y diferentes fanegadas de tierra barbechada: 1.100 reales y 29 ms.
Por libranza de 8 de Octubre citado y recibo del mismo día, se pagaron a D. Francisco Herrera, encargado de la dirección de ganados y labor de estas Poblaciones 1.865 reales que hizo constar haber satisfecho en la dirección y asiento de los mismos y en los demás gastos ocurridos en su virtud: 1.865 reales.
Por otra de 15 ídem a Andrés Noguera, 4.260 reales por el valor de 1.704 arrobas de paja a 2’5 reales cada una: 4.260 rs.
Por otra del 19 del mismo, se pagaron a Manuel Molina por el costo en compra y conducción desde Baeza a esta Sierra de diferentes útiles de agricultura: 1.441 reales y 25 ms.
Por otra de 26 id. se pagaron a Antonio Gámez por el costo en compra, maquila y conducción desde la ciudad de Sevilla a esta Sierra de 90 fanegas de habas molidas con 70 sacos: 2.820 reales y 17 ms.
Por otra de 1º de Octubre y recibo del mismo día, se pagaron a D. Francisco Herrera por su salario 2.220 reales y 7 maravedís que devengó desde 20 de Agosto anterior hasta fin de Octubre, al respecto de 400 ducados anuales y las soldadas de criados, arrieros y carreteros que ha satisfecho desde 21 de Septiembre hasta fin de octubre citado: 2.220 reales y 7 ms.
Por otra del mismo día se pagaron a ídem 1.577 reales y 18 maravedís que invirtió en la manutención de gañanes y en diferentes gastos extraordinarios ocurridos en la labor hasta fin de Octubre citado: 1.577 reales y 18 ms.
Por otra de ídem, se pagaron al mismo 4.645 reales que satisfizo y vencieron los aperadores, capataces, gañanes, vaqueros, pastores y porqueros empleados en las labores y custodia de ganado desde 24 de Septiembre hasta fin de Octubre: 4.645 rs.
Por otra de ídem, se pagaron a Alonso García, Maestro herrador de estas Poblaciones, 113 reales que devengó en su salario de 45 reales mensuales en el mes de octubre próximo pasado y por 26 herraduras de mayor, a 2 reales, y 16 de menor de menor a 1 real cada una: 113 reales.
Gratificaciones.
Por libranza de 2 de Octubre de 1767 y recibo del mismo día, se pagaron al Maestro de Obras, Pedro Pablo, 300 reales, por vía de gratificación, y en atención a la corta asignación de 200 ducados anuales que le está hecha, como actual Maestro de las Poblaciones: 300 reales.
Por otra de 6 de Noviembre y recibo ídem, se pagaron al Teniente del Regimiento Suizo de Reding, e Ingeniero Voluntario en estas Poblaciones, 750 reales en atención a los trabajos y desempeño de las obras de Guarromán, de que ha estado encargado y para la compra de un caballo, que le es preciso para la atención de la Venta de Linares donde se halla destinado: 750 reales.
Gastos de Hospital
Por libranza de 30 de Septiembre de 1767 y recibo del mismo día, se pagaron a D. Rafael de Esquivel 5.455 reales por el valor de doce camas completas y el de su conducción desde Bailén a esta Sierra que se le compraron para el servicio del Hospital: 5.455 reales.
Por otra del citado día 30 de Septiembre, se pagaron a D. Clemente Brevil, Cirujano Mayor del Regimiento Suizo de Reding 253 reales por las medicinas que suministró a los enfermos en los 15 últimos días del expresado mes y por la gratificación de 2 practicantes que se destinaron a su asistencia: 253 reales.
Por otra de 8 de Octubre y recibo id. se pagaron a Andrés Noguera, Ventero de la llamada de Linares, en partida de mayor suma 1.159 reales y 5 maravedís por valor de 8 camas y diferentes utensilios que se le compraron para servicio del Hospital: 1.159 reales y 5 ms.
Por otra de 4 de Septiembre y recibo ídem, se pagaron a D. Juan Duval, encargado del Hospital 442 reales por los gastos extraordinarios causados en él y en su capilla en el mes de Octubre anterior: 442 reales.
Por otra de id. y recibo del mismo día, se pagaron al expresado D. Juan Duval 1.161 reales y 4 maravedís por las jornadas de hospitalidad causadas por los colonos enfermos en Octubre citado: 1.161 reales y 4 ms.
Gastos extraordinarios.
Por libranza de 2 de Septiembre de 1767, en partida de mayor suma, se pagaron a D. Eugenio Dorado, por los gastos extraordinarios causados en Agosto anterior: 493 reales.
Por libranza de 13 de Septiembre y recibo del mismo día, se pagaron a D. Eugenio Dorado, por los gastos ocurridos hasta 12 del citado mes: 441 reales.
Por otra de 24 ídem, se pagaron a Tomás Corredera, por el costo en compra y conducción de 139 cántaros, que trajo de Bailén: 179 reales.
Por otra de 30 ídem se pagaron al expresado D. Eugenio Dorado 722 reales que invirtió en los gastos extraordinarios de todas clases, ocurridos desde 14 hasta 29 del citado mes: 722 rs.
Por otra de 6 de octubre y recibo del mismo día, se pagaron a D. Clemente Fatuarte 536 reales y 28 maravedís que satisfizo por ídem hasta el expresado día: 536 reales y 28 ms.
Por otra del mismo día se pagaron a Vicente Rico, por el costo en compra y conducción de 184 pares de zapatos y 48 esparteñas que, por particular encargo, compró en la Villa de Cañete y condujo para servicio de los colonos: 1.991 reales.
Por otra de 22 id. se pagaron a Francisco Coculet por gasto de manutención y curación de 2 mulos, pertenecientes a estas Poblaciones, que estuvieron a este efecto en la Villa de Bailén: 730 reales y 8 ms.
Por otra de 31 del mismo y recibo, se pagaron a D. Clemente Fatuarte, por diferentes gastos extraordinarios que satisfizo en el expresado mes: 1.412 reales y 8 ms.
RESUMEN GENERAL REALES DE VELLON
Importa el cargo o entrada de Caudales 482.398 rs. 30 ms.
Id. la Data, o salida de ellos 197.094 rs. 16 ms.
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Caudal existente 285.304 rs. 14 ms.
Según queda relacionado y demostrado, importa el Caudal que ha entrado con mi intervención en la Pagaduría de estas Poblaciones: CUATROCIENTOS OCHENTA Y DOS MIL TRESCIENTOS NOVENTA Y OCHO reales Y TREINTA maravedís y el que con la misma se ha pagado o distribuido, CIENTO NOVENTA Y SIETE MIL NOVENTA Y CUATRO Reales Y DIECISEIS maravedís. De que resulta existir en Caja DOSCIENTOS OCHENTA Y CINCO MIL TRECIENTOS CUATRO reales y CATORCE maravedís de vellón.
La Peñuela, 10 de Noviembre de 1767. Pedro de Montenegro (rubricado)”
Las cuentas de 13 de diciembre se abrevian en este otro estadillo[50]:
“Ilmo Sr. Muy Sr. mío: Paso a manos de V.I. la adjunta relación (1) de gastos formada por Contador y comprensiva de los meses de Agosto, Septiembre y Octubre de este año, para que sirva a V.I. de Gobierno y pienso que dándole la cuenta así, por partes, se irá formando sucesivamente y de ellas resultará la general. Y en todo tiempo podrá V.I. conocer el estado de las Poblaciones y el gasto que se va haciendo en ellas.
Nuestro Señor guarde a V.I. muchos por envío de dicho Administrador y Tesorero, Salazar y Valdés 300.000.
Idem en 9 de Diciembre presente por remesa del Administrador de la renta de salinas de dicha ciudad de Jaén, D. Diego Lillo Caballero 154.960 y 30 maravedís.
Total recibido 604.960 y 30 maravedís.
Inversión
Por formales libramiento intervenidos por la Contaduría de estas dichas Poblaciones, consta haber tenido aplicación en varios fines en el citado tiempo 254.740.
Id. suplidos a buenas cuentas para prest de colonos, gastos de los sitios de Guarromán, Santa Elena y otras precisiones de estas dependencias de que a su tiempo se formalizarán los pagos105.398 y 23 m.
Total inversión 360.138 y 33 m.
Quedan existentes en Tesorería 244.821 y 31 m.
Peñuela, 10 de Diciembre de 1767”.
En 1768 se observa que los gastos mayores corresponden a la construcción de casas, valor de los utensilios y entrega del pan y prest.
Lo peor fue que, como afirmó Olavide, muchos eran inútiles que ignoraban los deberes más superficiales de la agricultura. Poco después, Pérez Valiente confirma que son pocos los colonos labradores que han llegado y, en cambio, abundan los desertores franceses, tunantes, los inútiles de varias naciones y que Thürriegel ha inundado la baja Andalucía con un número considerable de tunantes. Situación que no era novedosa; la conocían todos los funcionarios y Jijón es contundente en escrito a Olavide[51]: Ojalá hallase Vd. medio para hacer que el Consejo o el ministerio le dijese a Thürriegel que suspenda del todo el ingreso de los extranjeros, porque, efectivamente, entre 100 hombres que nos vienen, apenas son 10 de provecho.
No es forzado pensar que alguno se llevara la sorpresa de encontrar en España una música oída en Prusia, "La Marcha Real". Cuéntase que el Conde de Aranda, entonces Ministro de Estado, fue comisionado por Carlos III para indagar acerca de la táctica militar de su ejército. Cuéntase que el rey de Prusia le contestó: ¿Vienen de España a saber cuál es la táctica de mi ejército? Sepa que está copiada del libro "Consideraciones militares" del Marqués de Santa Cruz. Se dice, igualmente, que el sorprendido Aranda quedó prendado de una música pegadiza que el ejército tarareba y que el rey prusiano, al despedirlo, le dijo: Tomad, Sr. ministro, esta marcha militar que tenía para honrar mi memoria.
Los colonos contratados por Thürriegel continúan viniendo en 1769; entre el 20 de abril y 25 de Mayo se reciben 1.170 en Almería[52]. El Rey resuelve que desde 1º de Julio de este año no se admitan más colonos de la contrata de Thürriegel[53]. Pero éste solicita que D. Ignacio Bosch, cónsul de España en Sète, admita a los colonos que se le presenten con pasaporte de fechas 8 y anteriores de Julio.
Cuando el 22 de Julio llega a Málaga un barco con 122 colonos, Monsalve no se decide a recibirlos sin autorización de Pérez Valiente, pero éste le comunica que no tiene facultades para decidir. Monsalve le expone que estas gentes están detenidas en Málaga, con perjuicio de los contratantes y miseria de los colonos, abandonados de la embarcación que los condujo, dispersos y pidiendo limosna por sólo dos días de diferencia. Por la urgencia del caso, se admiten sin esperar la resolución del Consejo, solicitada el 1º de Agosto. El Consejo, desentendiéndose de la prohibición, es de parecer que se admitan... examinándolos antes, conforme previene la Instrucción y pagando 33 libras por el flete de cada uno... los coloquen con la correspondiente comodidad para que no padezcan con los calores, cuidando Monsalve de los enfermos[54].
Ese mismo día se dice: dese por fenecida la comisión de Thürriegel y dígasele que presente la cuenta del caudal que ha percibido y del que devengado, con las justificaciones correspondientes, para que se pueda reintegrarle de la que se deba, procediendo la citación Launay y Thibal y de cualquiera otro que se presente como acreedor de Thürriegel...[55].
Aún se recibió otra remesa de 144 colonos el 24 de Julio. Llegaron en la polacra francesa "María Julia", a cargo del capitán Luis Donadier, que salió de Sète el 6 de Julio[56]. Múzquiz autorizaría su entrada el 22 de Agosto[57], quedando rechazados 8.
Esta polacra, al mando del mismo capitán, había traído el 20 de abril a 247 personas, de las que sólo 46 eran alemanas o suizas y el resto del principado de Salmes, en Lorena. Como a estos se les intentó volver por no ser de los países de la contrata, respondieron estar su Príncipe, que es independiente, a la protección del Imperio, en cuya corte sirve actualmente. Tavares informó a Múzquiz que los alemanes y suizos se quejaron de que aquellos les habían escupido durante la travesía y que sus trajes e idioma es el francés. En sus reflexiones creyó que no era verosímil se les hubiese permitido en puerto de Francia su embarque. Ante sus dudas, se informó del lugar, suponiendo que se trataba del Condado de Salmes en Luxemburgo, pero al fin pudo comprobar la procedencia del lugar señalado por los franceses[58]. Al fin, dado su número, quedaron retenidos en el puerto en espera de que Múzquiz confirmara su admisión.
En Octubre, Olavide escribe alarmado a Múzquiz, porque se anuncia la llegada de ochocientas familias[59]:“Muy Sr. mío: El padre fray Urbano, Religioso Capuchino que acaba de llegar a estas Poblaciones con destino a servir en ellas, me ha dicho que el ministro de Génova D. Juan Cornejo le dijo, cuando ahora poco lo vio en aquella ciudad, estaba esperando de cuenta de S.M. ochocientas familias; añadiéndole que ya tenía pronto un navío que estaba dispuesto a conducir las primeras que llegasen.
Esta noticia me ha sorprendido por hallarme sin ella y me la hace temer que sin otra anticipada llegasen a estas Poblaciones 1.500 personas del principado de Salm, sin haber podido averiguar hasta ahora por qué mano u orden se han conducido, pues aunque mi Subdelegado General se lo preguntó a V.I. no le respondió otra cosa, sino que no lo sabía y que no habían pasado por su secretaría.
Movido de este recelo, me ha parecido hacer esta representación a V.I. suplicándole que si tiene alguna noticia se sirva de comunicármela, pues el establecimiento de 800 familias pide mucha atención. Y es muy conveniente estar prevenido de antemano. Yo no puedo colocarlas en la tierra que tengo demarcada. Sería menester abrir nuevos puntos de Población en parajes desiertos y esto no puede hacerse bien siendo la primera noticia su llegada.
Yo estoy persuadido a que según las órdenes de S.M. no deben venir más colonos extranjeros, pues a Thürriegel se le declaró cumplida su contrata y Yauch no contrató más que 100 familias, las que si no están ya recibidas le puede faltar muy poco. No hay otro contratista, así no espero más colonos. Yo me he arreglado en consecuencia de esto. Si vinieran otros, me cogerían muy desprevenido, sin gentes ni medios para establecerlos. Lo que debo hacer presente a V.I. para que se sirva de disponer las cosas de modo que no se sorprenda.
Nuestro Sr. guarde..”
En el margen se escribió: Que no deben venir colonos. Escríbase a Cornejo que estando en este concepto nos asusta esta voz, que no deja de causar algún perjuicio, y que diga si tiene fundamento. Dicho en 17 de Octubre a Olavide y a Cornejo.
El temor de Olavide estaba justificado ante la imprevista llegada de los 5.000 genoveses, pues con tantas modificaciones no sabía a qué atenerse, siendo preciso emprender nuevas poblaciones, comunicándoselo a Múzquiz con un lógico interrogante ¿cómo con esta incertidumbre podré yo conjeturar cuando se acabarán estos gastos o cuando se podrán disminuir? Y todo a pesar de que no cuajó la llegada de los griegos de Córcega por haberlo impedido Francia.
En la Cuenta General y Relación presentada por Thürriegel el 13 de Noviembre de 1769 figuran 40 navíos recibidos en Almería, 3 en Málaga y 31 divisiones en Almagro. Figuran 7.687 colonos en total, de los que no se admitieron 366, siendo recibidos 7.321.
Desglosados de las cuentas de Thürriegel, los llegados a puerto son:
Procedentes de Almería ............... 6.154 colonos
Procedentes de Almagro ............... 778 "
Procedentes de Málaga ................. 389 "
Hay alemanes que piden llegar a las colonias después de estas fechas, como Francisco Leutner y Latti de Lixdor, de Suabia, que dicen estar instruidos en derecho y solicitan empleos civiles en las Nuevas Poblaciones y algún socorro para ellos y 22 familias[60]. El 2 de Septiembre se comunica a Grimaldi que no se necesitan en Poblaciones.
Con respecto a la calidad humana de los colonos, Aranda se define años después de finalizar la contrata en forma similar a la de Olavide y funcionarios; en 1772, con vastas perspectivas para evaluar los resultados, afirma: ...siendo lo más doloroso el exceso de inútiles que ha hecho ver el tiempo[61]. Y es que toda su actuación de Thürriegel fue en su exclusivo beneficio; no hubo la más mínima actitud de humanidad en este personaje que engañó a los colonos, a sus agentes en Europa, a los hermanos de la casa Thibal (encargados del transporte de los emigrados desde Sète), al propio abogado defensor y al mismo Rey.
Pero lo más singular de ello es que antes del inicio de la llegada de los colonos ya se tenían noticias de la catadura de este hombre. Lucas Luzy, Gobernador de Huelva, comunica a Múzquiz el 29 de Junio de 1767 que pasó por Huelva, con destino a Lisboa, el Barón de Hainau, caballero alemán que corre las cortes europeas y que en la comida le manifestó que Thürriegel era un aventurero que sirvió en la última guerra de Alemania en el ejército austriaco y que estuvo preso por deudas y malversaciones, que nada tenía en este Mundo y que era arriesgado cualquier caudal que la Corte le confiase[62].
El mal comportamiento de este hombre llegó a conocimiento de Carlos III por medio del Conde de Aranda. En su escrito a Múzquiz dice:.. Pero el amor a la verdad y el considerarme ya en obligación de que el Rey no ignore algunas malas calidades de Thürriegel, como poder decir al caso particularidades... habiendo vomitado en él (El Consejo) Thürriegel las más abominables infamias contra los otros...fingió haber venido unos asesinos pagados de Alemania contra su persona para matarlo... comprobé su infamia ...cometiendo el exceso de abrir el pliego rotulado para el Rey... Pudiera aumentar casos, que si no son de un loco, son de un perverso...[63]. En representación de 6 de Agosto de 1770 se lee que D. Miguel Lorieri lo condenó a destierro, siendo Alcalde de Corte... El Conde de Aranda informa que esta causa" empezó por queja del Barón de Sarni, Ministro de Baviera, contra Thürriegel, por haber interceptado y abierto dos cartas que traían tres alemanes, una para V.M. y otra para el mismo Sarni ...en que resultó reo Thürriegel, de haber engañado a los tres alemanes, recibido y rasgado las cartas referidas, leídolas y vuelto el sobre escrito a los tres alemanes, suponiendo ser su casa la del Secretario del de Baviera...
Sus desafueros llegaron a tal extremo que el Conde de Aranda prohibió que, por los Alcaldes de Cuartel y de Barrio y Tenientes de la Villa, no se practique diligencia alguna a pedimento de D. Juan Gaspar Thürriegel, sin orden del Conde Presidente del Consejo... que no se la admitan y adviertan acudan a mí directamente”[64].
Por ello, aunque recibió el sueldo de coronel para que lo disfrutase por vía de pensión, no se le concedió el grado ni uso del uniforme. La mujer tampoco tuvo derecho a la viudedad, porque en la contrata se tomaba este acuerdo si Thürriegel moría antes de cumplir su comisión, igual que sucedía con su hijo Federico, acogido bajo la protección real si esto hubiera sucedido[65]. Ya desde 1771, cuando se procedía a realizar la liquidación y cuenta, por diposición real se ordena que se le asista con 11.000 reales de vellón anuales para sus subsistencia, a cuenta de lo que pudiera resultar a su favor del ajuste final[66].
En el resumen de cuentas presentadas por Thürriegel el 13 de Noviembre de 1769, señala como Cargo 1.763.513 reales y 10 1/2 maravedíes y de Data 2.525.613 reales y 23 y 1/2 maravedíes, resultando a su favor 762.099 reales y 23 y 1/2 maravedíes[67].
Hace una detallada exposición de ambos en la siguiente forma:
Cargo a favor de la Real Hacienda 1.150.532 reales y 1'5 maravedíes por las certificaciones de Lorenzo Tavares, Gobernador de Almería y D. Felipe Gómez Corbalán, Contador de Guerra y encargado de los fondos destinados para la manutención y gastos de colonos que han desembarcado en aquel Puerto con destino a las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena, su fecha 11 de Octubre próximo pasado... se han pagado en aquella plaza desde principio de esta contrata a mí y a mis apoderados y a los de D. Antonio Thibal Hermanos, comerciantes de Montpellier por cuenta de los colonos que he introducido y han sido admitidos.
2. Más me son Cargo 35.193 reales, que según consta por certificaciones de los mismos sujetos, y con igual fecha... se pagaron de mi cuenta en cinco partidas...
3. Más me son Cargo 250.592 reales, que según consta de Certificación del Sr. D. Domingo de Marcoleta, dada a nombre de su compañero D. Juan del Corzo Bustamante, con fecha 23 de Agosto último, que acompaña el nº 30, se pagaron de mi cuenta por la Tesorería Mayor, cuya cantidad, con individualidad se expresa en las primeras partidas, que empiezan desde 27 de Mayo de 1767.
4. Más me son Cargo 502 reales y 23 maravedís de vellón, pagados de mi cuenta por la Real Hacienda al Sr. D. Juan Cornejo, Ministro de S.M. en Génova, por la manutención y flete de 7 colonos alemanes que remitió a Barcelona.
5. Más me son Cargo 5.000 reales que se me entregaron en 13 de Diciembre de 1768...
6. Más me son Cargo 6.000 reales de vellón, que en 28 de marzo próximo pasado percibí.
7. Más me son Cargo 47.270 reales, que según consta de Certificación de D. Miguel de Monsalve y Pavón, veedor dG armadas y fronteras en Málaga... se pagaron en 10 de Diciembre de 1767 al apoderado de los Hermanos Thibal, D. José Palanque por la conducción de varios colonos.
8. Más me son Cargo 14.795 reales, que por Certificación del mismo D. Miguel de Monsalve y Pavón, se pagaron de mi cuenta en tres partidas, a saber, 5.309 reales y 1 maravedís a mí mismo, de que di recibo; 4.000 reales a D. Jaime de Isalore y los 5.485 reales y 23 maravedís a D. Luis Donadieu.
9. Más me son Cargo 253.628 reales que por la cuenta general me remitió el Gobernador de Almagro D. José Conock el 31 de Julio pasado.
1. Me son data 2.386.646 reales, importe de 7.321 colonos que, por certificaciones dadas por el Gobernador de Almería D. Lorenzo Tavares, por el Comisario Ordenador D. Miguel de Monsalve y Pavón, veedor de armadas y fronteras en Málaga, por el coronel D. José Conock, Gobernador de Almagro, consta haber sido admitidos para las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena, excluidos los desechados, a 326 reales que es la gratificación asignada por cada colono.
2. Mas me son Data 24.236 reales por el gasto de 73 colonos llegados a Almería el 15 de Diciembre de 1767, desechados por el Gobernador de aquella plaza sin más motivo que el de ser saboyanos, haciéndolos restituir de mi cuenta. en la misma embarcación al Puerto de Sète, de donde por resolución de S.M. se volvieron a embarcar para España, siendo el costo de su devolución a Sète y vuelta a España por flete y conducción a razón de 30 libras tornesas por colono en cada viaje (precio establecido con los hermanos Thibal, encargados del embarco de colonos) importa en estos dos últimos viajes 4.380 libras tornesas (17.520 reales) y el de manutención de los 73 colonos en el puerto de Sète desde su regreso hasta su segunda venida 6.716 reales al respecto de 10 sueldos de toesas o 2 reales diarios.
3. Más me son Data 1.956 reales por 6 colonos que conduje del extranjero y llegados a fines de 1767 ó comienzo de 1768, sin ser admitidos por Tavares porque resultaron ser españoles, pero los destinó al servicio de S.M. y no se me abonó el importe de los 326 reales de cada uno.
4. Más me son Data 17.870 reales del costo de 38 colonos desechados por Tavares, sin otro motivo que el negar que fueran católicos, sino herejes, por llamarse Samuel, Benjamín y nombres semejantes, aunque afirmaban ser católicos y querer morir y vivir en esta Religión.
5. Más me son Data 9.600 reales por los gastos de manutención de colonos que Tavares se negó a desembarcar en marzo de 1768.
6. Más me son Data 4.890 reales por 15 colonos que los Subdelegados de las Nuevas Poblaciones D. Miguel de Jijón y D. Fernando de Quintanilla desecharon después de su llegada y admisión por haber declarado ser Luteranos.
7. Más me son Data 10.920 reales por manutención de 182 colonos detenidos en Francia y llegados en La Clarión el 3 de Octubre de 1767.
8. Más me son Data 36.745 reales de gasto por no conceder el paso el Duque de Choissel a 311 colonos alemanes y suizos y permanecer 3 meses en Lyon, hasta que el Gobernador de esta ciudad, temiendo un desorden, les permitió pasar el 27 de abril de 1768. (Por esta fecha suponemos que llegarían a Almería el 18 de Mayo en "El Angel Gabriel" y "Juana Gervasia", sospechando que se trata de la primera remesa destinada a Aldeaquemada y Montizón, dado que el barco anterior llegó el 7 de marzo y sus viajeros ya debían estar en su destino y porque el siguiente, "San Fulcrán", llegó el 14 de Julio, cuando ya había colonos establecidos en estas colonias).
9. Habiendo cumplido antes de fin de Mayo pasado con el número 6.000 mi contrata de 2 de abril de 1767 y como consta en dicha contrata, a pedir los sueldos vivos de coronel del Ejército y los de las 4 compañías y 4 tenencias que me están concedidas desde el día de su cumplimiento, me son Data desde primero de Junio hasta el fin de éste corriente mes inclusive, por el sueldo de coronel a 2.000 reales en cada uno, 12.000 reales.
10. Ídem por los 4 capitanes a razón de 545 reales al mes cada uno en los seis meses 13.080 reales.
11. Ídem me son dada por los 4 tenientes al respecto de 320 reales, 7680 reales.
Tras hacer un extracto de estas cuentas, Thürriegel acompañan 4 notas. En la primera dice que se hizo cargo de una partida de 7.300 reales descontados en la Caja de Almagro por orden de Múzquiz en dos partidas para tenerla a disposición de los Srs. Conde de Ricla, Capitán General del Ejército y Principado de Cataluña y D. Rafael Cornejo, Ministro de S.M. en Génova, haciéndose cargo de tal cantidad hasta que se liquide el importe total de anticipaciones hechas por los referidos, debiéndose abonarme si dichas anticipaciones no hubieren ascendido a la expresada cantidad, que se me descontó, así como estoy pronto a abonar el exceso, si lo hubiere a más de lo descontado.
En la segunda pide que se le omita una partida como una duplicación, cuya certificación de la Tesorería Mayor dice: En 10 de Septiembre de dicho año de 1768 al citado Cornejo por la manutención de 7 colonos, 465 reales y 8 maravedís.
En la tercera pide que no se le ponga en su cargo una partida de 6.130 reales que consta en favor de Marco Straus, Antonio Schellor y Juan Smid por no haber sido deudor de ellos ni de Segismundo Zech.
También pide que no se le carguen 6.465 reales y 26 maravedís, según certificación que dice: En 28 de febrero de 1769. Al Conde del Asalto por suplementos hechos para desempeñar la comisión de remitir colonos de Suabia. Afirma no tener el menor conocimiento de esta comisión, ni ser prevenido en ningún modo de ella, de suerte que esta comisión no me ha ocasionado ningún auxilio... sólo he sabido por voz indirecta que los arriba referidos hombres de Biverach por sus falsas insinuaciones hechas a los ministros de S.M. habiendo supuesto que se hallaban y se hallan aún en Biverach más de 1.900 colonos para España, enganchados por D. Segismundo Zech...
Temiendo indecencias en sus cuentas, por resolución real y a consulta del Consejo de 9 de Agosto de 1769, se mandó que los acreedores de Thürriegel, por razón de asiento de colonos, acudieran al Consejo porque hubo de retenérsele parte del dinero. En razón de esto, D. Alvaro de Rozas, abogado de Thürriegel, le reclama 3.520 reales que no pudo cobrar por su defensa en los pleitos y el Consejo dictamina el 22 de Noviembre de 1772 que se le entregue esta cantidad del dinero retenido en Tesorería.
También D. Pedro Scrops, vecino y dedicado al comercio en Madrid le reclama 137.100 reales, que confesó y consintió en su pago el propio Thürriegel. Dada la orden al tesorero general sólo se hallaron 131.256 reales y 1 maravedí pertenecientes al asentista, por lo que, por orden real, se avisó al Consejo el 8 de Agosto de 1776[68].
Más trágico fue el daño causado a Francisco Javier Bugg y familia. Bugg describe el lamentable estado que vivió por culpa de Thürriegel. Dice ser de Sïmaringa (Suabia) y residente en Madrid y que se ve forzado a pedir ayuda al Rey, pues siendo escribano de la ciudad de Scheer (Alemania), empleo del que vivía con desahogo, se esmeró en reclutar colonos creyendo que obtendría algún empleo en España, como le había prometido el comisionado principal encargado de la populación de Sierra Morena. Por esta comisión perdió su empleo, viniéndose precipitadamente con su familia a España, dejando allí parte de sus haberes, sin conseguir el deseado empleo. Que se gastó el poco dinero que le quedaba después de haber sido robado por el camino, muriendo después su mujer y su hija de pesadumbre, continuando sin empleo después de ocho años. Por ello suplica al Rey que se le conceda una cantidad para que pueda restituirse, antes de morir, a su patria para recuperar lo poco que allí debía dejar por su desgraciada huida...[69].
Hubo otros hechos causantes de los retrasos y del gasto adicional. En los estudios practicados para recortar los elevados presupuestos que se veían necesarios, tras más de un año de experiencia, se comprueba que hasta los más trabajadores apenas logran desmontar y sembrar una fanega. Tanto esfuerzo y tan exiguo rendimiento se agravan por la fauna salvaje; lo señala Olavide: Los murcianos en que hay 8 individuos, inclusos en ellos dos extranjeros, todos buenos trabajadores, apenas alcanzaron a sembrar el año pasado 7 fanegas de trigo, pero la mayor parte de la siembra se la comieron los ciervos y los conejos. Ya sé de que a cada uno le cupo una fanega de sembradura, pero con la desgracia de haberla malogrado en la mayor parte[70].
La espesura del monte imposibilita el trabajo de despejarlo de maleza con la celeridad deseada, incluso a los más duros trabajadores. El estudio presentado a Múzquiz hace una valoración de las ventajas conseguidas si se contrataran jornaleros que trabajaran a destajo para limpiar 666 suertes destinadas a cultivos, excluidas las 334 dedicadas a dehesas. Pagando a 6 reales el jornal, bastarían 1.110.888 reales de vellón para rozar la totalidad. Con ello se conseguiría ahuyentar las fieras y animalejos que destruyen los ganados y se comen las simientes, que en muy corta cantidad alcanzarían a sembrar si los colonos por sí solos hicieran el rozo[71].
Limpio el terreno de maleza, se produciría alguna hierba o pasto para los ganado. Por el mismo motivo, se podrá verificar el repartimiento de ganados para que con ellos estas pobres gentes fecunden sus tierras. Gracias a esto, con la cosecha futura estarán los colonos en estado de alimentarse por sí solos, evitando al Rey el crecido costo de los socorros de pan y prest, cuyas partidas importan en un solo año casi tres tantos más que lo que se hubiese de costear con el rozo[72].
El cálculo del gasto hecho por el pan y prest de cada suerte, o familia de 4 miembros de media, se eleva a 1.986 reales y 1 maravedí al año y a 1.986.029 reales y 14 maravedíes anuales en las 1.000 familias. El ahorro se podría multiplicar por 4, pues si a los colonos se les deja el cuidado del desmonte de sus tierras, sin hablar del descuajo, no lo verificarían en 4 años[73], con lo cual el Rey se podría evitar el gasto de 7.994.117 reales y 12 maravedíes.
Hasta entonces, las cuentas de un estadillo de 30 de abril de 1769 que consigna el grano, ganado, objetos litúrgicos y otros distintos procedentes de diferentes casas de los jesuitas, resumidas, son éstas[74]:
El grano procede de Baeza, Ubeda, Andújar, Jaén Córdoba, Osuna, Baena, Montilla, Almagro y Cazorla. Llegan a las colonias u total de:
Fanegas y celemines de trigo 4.942'5.
Fanegas de cebada 1.912'5
Fanegas y celemines de escaña 509 y 9 y 1/2
Fanegas de habas molidas 793
Fanegas de habas enteras 91'2
Fanegas de garbanzos 83'6
Fanegas de centeno 284
Fanegas y celemines de guijas y yeros 35, 7’2
Arrobas y celemines de aceite 5.732, 21
Arrobas de paja 8.625
El ganado viene de Ubeda, Andújar, Córdoba, Sevilla, Baena, Montilla, Almagro, Granada, Sevilla, Baeza y Jaén. Se reciben:
Bueyes 97
Vacas 50
Vacuno cerril 20
Becerros 2
Vacunos cerriles domados 47
Añojos y añojas 17
Ganado mular 56
Ganado asnal 84
Ganado cabrío 1.177
Ganado lanar 946
Ganado de cerda 388
Los objetos litúrgicos y demás de albañilería, carpintería, aperos de labranza, enseres domésticos, etc... son de Baeza, Andújar, Ubeda, Córdoba, Cazorla, Sevilla, Baena, Montilla, Almagro y Sevilla.
El documento finaliza con estas dos notas:
- Que el comisionado de la casa de regulares de Cazorla ha dado noticia a esta Superintendencia de haber remitido a las Poblaciones de Guarromán, Arquillos, Venta de los Santos y Aldeaquemada 772 fanegas de trigo, 254 de cebada, 60 de Escaña y 35 fanegas y 7'5 celemines de garbanzos, una de habas, y 101 puercos y ninguna de estas partidas están comprendidas en este inventario, ni se ha despachado certificación al comisionado porque hasta ahora no ha remitido los recibos particulares que recibió de los Directores de dichos puntos para que en la Contaduría se les resulten los cargos, pues sin esta diligencia y formalidad no puede despachar la certificación la Contaduría.
- Que en otro cuaderno separado se han sacado por menor todos los efectos que comprende este estado con sus valores. Y resulta que todos, en una suma, importan 1.597.734 reales y 23 maravedís; de los cuales hay existentes 1.177.459 reales y 3 maravedís. Y lo consumido, repartido e invertido en las Nuevas Poblaciones importa 420.275 reales y 20 maravedís de vellón.
La mortandad de los dos primeros años obliga a que Olavide acepte la entrada de colonos españoles; medida acertada porque la mayoría son buenos labradores y hechos al clima de nuestra tierra. Incluso unos son recomendados por el Rey, algunos de Pego[75]:“Que Jijón admita por colonos de aquellas nuevas Poblaciones, en los términos que a los demás que están recibidos en ella, a Diego Atarzanet y otros 17 vecinos de la Villa de Pego, en el Reino de Valencia, cuyo memorial y papeles se le remiten y se entregaron con la orden a los mismos interesados”.
En otra ocasión a Joaquín Escribá y otros 5 compañeros del reino de Valencia de Refelcofer[76], o por Múzquiz, que pregunta a Olavide si se pueden admitir a varios defraudadores indultados[77]: “Ilmo Sr: Muy Sr. mío: Por la de V.I. del 17 del corriente quedo instruido que varios sujetos defraudadores, ya indultados de sus delitos por S.M, han manifestado a D. Félix Rodríguez de Angulo, vecino de Alcaudete, pasarían gustosos a poblar en Sierra Morena. Y que habiéndoselo representado a V.I. dicho Angulo, le ha mandado venga a tratar este asunto conmigo.
Oiré al citado Félix, en llegando, cuanto tenga que comunicarme sobre este particular y de lo que resulte de nuestras conferencias, con lo demás que tenga por conveniente, daré a V.I. aviso. Nuestro Sr. guarde…”
Hay quienes vienen sin contrata, como los catalanes y valencianos, que en numerosas cuadrillas inundaban la sierra solicitando su admisión y más tarde son llamados por el Superintendente, o se presentan solicitudes para ser destinados a Sierra Morena, como José González, de Cómpeta, Granada[78]. Antonio Capmany, persona de reconocido prestigio en Cataluña, gestiona la emigración de personas especializadas, prácticamente inexistente entre los extranjeros.
Según relación y extracto de las familias e individuos de las Matrículas de 1774 de las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena, excluidas las familias catalanas que iban viniendo, había 480 familias extranjeras y 622 españolas con un total de 4.892 personas[79]:
“Relación y extracto de las familias e individuos de las Matrículas del presente año de 1774 de estas Nuevas Poblaciones de Sierra Morena, con distinción de extranjeras y españolas, las primeras que quedan de las que fueron introducidas en estos reinos de España, las segundas que han venido a establecerse en dichas poblaciones, no comprendidas las catalanas que van viniendo:
Extranjeros Españoles T o t a l
Localidad Dptos familias indiv fam... indiv..... fam...... indiv.
La Carolina 6..... 132.......... 575........ 237 .. 1.339........ 369...... 1.914
Navas de Tolosa 3...... 33.......... 108......... 46 .. 185......... 79....... 293
Santa Elena 2...... 40.......... 135......... 38 .. 141......... 78....... 276
Miranda 1...... 17........... 50......... 29 .. 103......... 46....... 153
Aldeaquemada 2...... 27........... 86......... 34 .. 132......... 61... .... 218
Arquillos 3...... 37.......... 126......... 65 .. 298......... 102... .... 424
Montizón 4...... 27.......... 104......... 59 .. 303......... 86.. ...... 407
Carboneros . 4...... 63........... 241........ 35 .. 172......... 98... .... 413
Guarromán 4...... 89........... 332........ 43 .. 224........ 132.. ..... 556
Rumblar 2...... 15........... 49......... 36 .. 189........ 51….... 238
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Total 31.... 480.......... 1.806..... 622 ... 3.086..... 1.102..... 4.892
Concluida su gestión, Capmany llega acompañado de su mujer a La Carolina el 16 de Junio de 1774, doliéndose de no haber conocido las verdaderas necesidades de la colonia[80]:“Señor Asistente y muy Sr. mío: Antes de ayer por la mañana llegamos mi mujer y yo a esta famosa Capital con salud y felicidad. He hallado aquí las familias de mi recluta quietas, contentas y colocadas del mejor modo posible en las presentes circunstancias, en las que algunas se encuentran poco aviadas y fomentadas, sin embargo de mis repetidas instancias y anticipadas prevenciones de mis cartas. Un hortelano hay que por no tener aún acabada su noria, mira perdido todo lo que sus afanes habían plantado y adelantado. De esta especie de molestias, que sin culpa padecen algunas familias, he observado muchas para que conozcamos más palpablemente la falta que hace en todo la presencia de V.I. por la cual ansían todos.
Si el amigo Calvet no me hubiese hospedado en su casa, habría de vivir en la posada, porque la que se me destina está aún ocupada y es preciso asearla y repararla. Yo me acomodaré de cualquier modo y en cualquier parte; mi mujer es convenible igualmente; mas me parecía debido y en algún modo conducente a los fines y objeto de mi empleo una casa con jardín y pozo, ventaja que gozan, sin estos motivos, el sacristán y el organista.
No puedo ponderar a V.I. con cuanta más utilidad hubiera yo trabajado en Barcelona si, como ahora observo, hubiese antes visto y recorrido La Carolina, donde hallo faltan muchos oficios, los más necesarios, para los cuales casi me rogaban. Faltan uno o dos herreros que llamamos de Corte; el curtidor que hay es inútil y hará la ruina del laborioso curtidor que lleno de materiales y proporciones no puede ganar un cuarto; tampoco hay quien sepa labrar un ladrillo bueno. Otras mil cosas veo y toco con el dolor de no haberme nadie instruido con tiempo para mudarlas o mejorarlas en crédito, lucimiento y utilidad de las Poblaciones. Ellas ya veo que éstos no son cuidados míos, sí sólo motivo de compasión.
No extrañe V.I. que, siendo yo un hombre de bien y de honor, que deseo ser útil al Rey y a mí mismo, espere saber la resolución de V.I. sobre la naturaleza, establecimiento y dotación del nuevo cargo con que quiere su benignidad honrarme.
Yo miro a V.I. como a mi protector y así siempre viviré sujeto a sus determinaciones, mientras aguardo por ahora la en que V.I. se sirva señalar la manutención de mi casa.
No quiero molestar más a V.I. pues le contemplo rodeado de grandes ocupaciones, y del cuidado de su salud, la que Dios quiera restablecer en breve, a cuyo fin no ceso de rogarle le dé a V.I. muchos años de vida”.
Con ello La Carolina cuenta con herreros, carpinteros, tejedores, zahueros y otras profesiones que se precisan. El día 1 de Noviembre de 1775 las poblaciones acogen a 2.446 familias con 10.420 personas y 3.000 jornaleros y sirvientes de colonos[81].
Datos recogidos de Danvila señalan que los desembolsos del Ministerio de Hacienda hasta finales de 1775 habían sido de 43.150.443 reales[82]. A Thürriegel y sus acreedores se les había pagado 501.395 reales y 3 maravedíes, y seguía la consignación de coronel. Hasta fin de 1774 se habían gastado en las nuevas poblaciones 40.501.669 de reales. A las colonias de Sierra Morena les habían correspondido 24.132.386 de reales y a las de Andalucía 13.727.892. En la caja de Almería se habían pagado 1.885.996 reales; en la de Almagro 282.325 reales y en la de Málaga 121.913. A Thürriegel y otros por su cuenta se les había dado 329.155 reales. De los 40.501.669 reales se bajaban 700.000 reales de entrada por salida y restaban como gasto líquido 39.801.669 reales. Bien entendido que en esta cantidad iban comprendidos 2.352.802 reales, producidos por las fincas, ramos arrendables y efectos vendidos por el Real Erario. Debían considerarse como otros gastos el importe de los ganados, granos y demás remitido de las casas de los regulares expulsos, de cuyo valor no había razón en la Contaduría, así como dehesas y otras posesiones compradas.
Datos que no sabemos cómo conciliar con los 34.397.352 reales y 8'5 maravedís que Ondeano dice a D. Pablo de Lerena que se han desembolsado del Real Erario hasta el 31 de Julio de 1791. ¿Acaso se refieren a las Poblaciones de Sierra Morena?
Dice Danvila que la consignación de 200.000 reales mensuales se redujo a 60.000 por Real Orden de 2 de febrero de 1772 y que de reducción en reducción fue totalmente extinguida[83]. No obstante, esta cantidad continuó percibiéndose hasta finales de 1776, quedando reducida a 100.000 reales al año siguiente[84]: “Excmo. Sr. Muy Sr. mío: En 22 de marzo del año pasado me previno D. Pablo de Olavide, como resulta de la copia adjunta, que de los 20.000 reales, que S.M. tenía consignados mensualmente a estas Poblaciones, mandase entregar 10.000 mensuales a D. Fernando de Quintanilla para atender a las urgencias de las de Andalucía, que están a su cargo. Y en su consecuencia se le ha librado esta consignación hasta fin del mismo año pasado.
Desde 1º de este año se ha dignado S.M. reducir a la mitad la consignación de los 200.000 reales. Y con verdad puedo asegurar a V.E. que, pagados eclesiásticos y seculares, con los gastos indispensables de culto divino en las 11 iglesias que hay en estas Poblaciones, no alcanza el resto para atender a las urgencias corrientes de sostener y llevar adelante las operaciones, sin invertir un real en cosa que no sea muy útil y necesaria.
Sin embargo, por no desatender las Poblaciones de Andalucía, he pensado librar mensualmente a Quintanilla 5.000 reales de vellón que es lo correspondiente a la consignación de 10.000 que tenían cuando éstas gozaban de 200.000. Pero como Quintanilla puede exigir que se le dé lo mismo que antes fundándose en las necesidades que naturalmente tendrá para llevar adelante sus operaciones, me ha parecido noticiarlo a V.E. haciéndole presentes las urgencias en que yo me hallo y el ánimo en que estoy de librar sólo 5.000 reales mensuales para aquel destino, a fin de que en vista de todo se sirva V.E. darme su aprobación o prevenirme lo que deba ejecutar. Nuestro Señor guarde a V.E. muchos años…”
[1] Alcázar Molina, C.- La colonias alemanas de Sierra Morena, pg. 113, doc. nº 25. Madrid, 1930.
[2] A.G.S. (Sª. y Sª. de Hacienda), l. 496, f. 62.
[3] Varios documentos del archivo de Munich. BayHStA, Kasten Chuarz 6.816.
[4] José Conoch. Almagro 5 de Octubre de 1767. A.G.S. (Sª. y Sª. de Hacienda), l. 496, folio 178.
[5] José Conoch. Almagro 5 de Octubre de 1767. A.G.S. (Sª. y Sª. de Hacienda), l. 496.
[6] José Conoch. Almagro 31 de Octubre de 1767. A.G.S. (Sª. y Sª. de Hacienda), l. 496.
[7] Libro 1º de Bautismos. A.P.NT. Jacobo Sik y Ana María Martín habían contraído matrimonio en Cayena en 1765.
En el libro 1º de Bautismos de Santa Elena, folio 139, se recoge una doble partida de las gemelas Susana Isabel y Mariana;
eran hijas de Mattias Klain, y Cathalina Roquen, de Linenfert, obispado de Spira, Alemania,
casados en la villa de Mul S. Nicolás, isla de Santo Domingo, en Indias.
[8] Archivo General de Simancas, (Sª. y Sª. de Hacienda), l. 496, folio 195.
[9] Legajo anterior, folio 186.
[10]Entrega del ganado a los colonos de Guarromán. Peñuela, 9 de Diciembre de 1767.
Juan Miguel Camaño (rubricado). A.G.S. (Sª. y Sª. de Hacienda), l. 496.
[11] José Conoch. Almagro, 6 de Diciembre de 1767. A.G.S. (Sª. y Sª. de Hacienda), l. 496.
[12] Olavide a Múzquiz. Sevilla, 13 de Diciembre de 1767. A.G.S. Hacienda leg, 496, folio 190.
[13] El documento anterior del mismo legajo 496, en f. 189 indica:” ... se le da noticia de que en 7 de este mismo arribaron
a Málaga 125 colonos y que el Rey ha aprobado que Monsalve disponga suspendan su marcha a Sierra Morena,
porque las nieves dificultan el paso por los puertos”.
[14] A.G.S. (Sª. y Sª. de Hacienda), l. 496, f. 186.
[15] A.G.S. (Sª. y Sª. de Hacienda), l. 496, f. 195.
[16] A.G.S. (Sª. y Sª. de Hacienda), l. 496, f. 271.
[17] A.G.S. (Sª. y Sª. de Hacienda), l. 497, f. 24.
[18] Lorenzo Tabares a Múzquiz. A.G.S. (Sª. y Sª. de Hacienda), l. 496, f. 420.
[19] Archivo General de Simancas, l. 496.
[20] A.G.S. (Sª. y Sª. de Hacienda), l. 497, f. 229.
[21] El grupo estaba formado por María Magdalena Ruberti de 50 años; Esteban Llourner, de 18; María Bárbara Ruberti, de 29;
Carlos Martino, de 16; Dominico Dugo, de 60; María Ruperta, de 33; Juan Antonio Judice, de 60; Carlos Judice, de 59;
Francisca Folgeren, de 50; Jacobo Telez, de 20 y Ana Briz, de 10 (A.H.N. Inquisición, l. 3.605).
[22] D. Lorenzo Tavares a D. Miguel de Jijón. Almería, 28 de febrero de 1768. A.G.S. (Sª. y Sª. de Hacienda), l. 496.
[23] A los inconvenientes propios de tan dilatado viaje, ciertas partidas de colonos debieron sufrir largo tiempo de espera
por la retención impuesta en Alsacia u obligados a dar la vuelta por los cantones suizos.
Por tal motivo, con fecha 16 de Julio de 1768 se pide al Marqués de Grimaldi que encargue al Conde de Fuentes pase
oficios eficaces con el Duque de Choiseul para que expida órdenes positivas al Intendente de Alsacia a fin de que
deje el paso libre por aquella provincia a los colonos de Thürriegel. A.G.S. (Sª. y Sª. de Hacienda), l. 496, f. 568.
[24] No debieron ser pocas los nacidos en el puerto de Almería. Es, posiblemente, el caso de Isabel Wigneter, nacida en
Almería y casada en Carboneros el 15 de abril de 1792 con Juan Francisco Waisenek o el de Miguel Krat, vecino en
Guarromán. Otros pudieron nacer en ruta como Luisa Berbel, natural de Oria, Almería, también vecino de Guarromán.
[25] Miguel de Jijón a D. Miguel de Múzquiz (1). Peñuela, 9 de Diciembre de 1767. A.G.S. (Sª. y Sª. de Hacienda), l. 500, f. 181.
[26] Miguel de Jijón a D. Miguel de Múzquiz. Peñuela, 9 de Diciembre de 1767. A.G.S. (Sª. y Sª. de Hacienda), l. 496, f. 180.
[27] Danvila y Collado, M.- Reinado de Carlos III, Vol III, pgs. 15.
[28] Pablo de Olavide a D. Miguel de Múzquiz. La Peñuela, 22 de abril de 1768. A.G.S. (S. y Sª de Hacienda), l. 496.
[29] A.G.S. (Sª. y Sª. de Hacienda), l. 496, f. 314.
[30] A.G.S. (Sª. y Sª. de Hacienda), l. 496, f. 395.
[31] 22 de abril de 1769. A.G.S. (Sª. y Sª. de Hacienda), l. 497, folios 294 y 295.
[32] Plan de los individuos que existen en esta fecha en las Poblaciones de Sierra Morena y su socorro diario de Pan
y Prest, según los ajustamientos formados y altas y bajas posteriores a ellos.
[33] D. Miguel de Jijón a Múzquiz. Peñuela, 7 de Julio de 1768. A.G.S. (Sª. y Sª. de Hacienda), l. 496, f. 433.
[34] Juan Gaspar de Thürriegel a S.M. Madrid, 25 de Septiembre de 1768. A.G.S. S. y Sª de Hacienda, l.496.
[35] A.H.N. Inquisición, l. 3.605.
[36] Fernando de Quintanilla a Múzquiz. San Sebastián de los Ballesteros, 15 de Noviembre de 1768. A.G.S. (Sª. y Sª. de
Hacienda), l. 497, f. 578.
[37] A.G.S. (Sª. y Sª. de Hacienda), l. 497, f. 568.
[38] Representación de Pedro Rubira. Octubre de 1772. A.G.S. (Sª. y Sª. de Hacienda), l. 498, f. 276.
[39]Olavide a Múzquiz. La Carolina, 20 de Octubre de 1772. A.G.S. (Sª. y Sª. de Hacienda), l. 498, f. 277.
[40] D. Miguel Ondeano a D. Miguel de Múzquiz. La Carolina, 13 de enero de 1774. A.G.S. Sª. y Sª. de Hacienda, l. 498, f. 322.
[41] Jacob Reling, Nicolás Ylchy y Federico Maysner. nstancia al Excmo. Sr. Ministro de Estado. Aranjuez, 10 de Mayo de
1777. A.G.S. Sª. y Sª. de Hacienda, l. 499, folio 170.
[42] Sánchez-Batalla Martínez, C.- Un libro maestro de colonos de Fuente Palmera, pg. 229. Las “Nuevas Poblaciones de
Carlos III” en Sierra Morena y Andalucía. Actas del I Congreso de Nuevas Poblaciones. La Carolina 1983, Córdoba 1985.
[44] Muchas personas se oponían a la concesión de cabras porque empobrecen la tierra. Juan Blanquer escribe desde
Barcelona el 23 de Agosto de 1767 exponiendo que había leído la Real Cédula y que, por su experiencia de 50 años
de labrador, no sólo desaconsejaba su entrega, sino que se les debía prohibir y que interesan más las ovejas (A.H.N.
Inquisición, l. 3.605). Tal vez por ello, o porque se las comían, después de la primera dotación se omitió el reparto de cabras.
En su lugar se les dieron burros.
[45] Olavide computó 4’5 fanegas anuales de trigo para cada persona por término medio; pero si en lugar de 30 raciones
mensuales se asignaban 40 raciones de 18 onzas cada una (cada fanega tenía 80 raciones), cada matrimonio debía recibir 12
fanegas anuales. El cálculo del gasto de legumbres y condimentos se elevaba también a 12 fanegas de trigo anuales por
matrimonio y el del vestido, contando que se hicieran uno cada 3 años, alcanzaba otras seis fanega. De modo que el
matrimonio se bastaba con 30 fanegas de trigo al año.
[46] D. Pablo de Olavide a Ilmo. Sr. D. Miguel de Múzquiz. Sevilla, 8 de Agosto de 1768. A.H.N. (Gobernación), l. 328.
[47] Demostración de lo ventajoso que es a los colonos el cálculo que abona de cada familia de dos personas 30
fanegas de trigo para mantenerse. (Sin fecha). Según el texto, anterior a abril de 1770.
[48] Olavide a Múzquiz. Sevilla, 23 de Junio de 1773. A.G.S. (Sª. y Sª de Hacienda), l. 498.
[49] Nuevas Poblaciones de Sierra Morena en La Peñuela, Meses de Agosto, Septiembre y Octubre de 1767
Relación en Cargo y Data de las cantidades de materiales que con intervención de la Contaduría General de las referidas
nuevas Poblaciones de mi cargo se han satisfecho y distribuido por la Pagaduría de las mismas en los referidos meses en
virtud de las cartas de pago y libranzas formales, despachadas en los días y por los motivos a saber.
[50] D. Pablo de Olavide al Ilmo. Sr. D. Miguel de Múzquiz. Sevilla, 13 de Diciembre de 1767. A.G.S. (S. y S. de Hª) l. 496.
[51] Defourneaux, M.- Pablo de Olavide, el afrancesado, traducción de Manuel Martínez Camaró. Sevilla, 1990.
D. Miguel de Jijón era peruano y amigo de Olavide y uno de los primeros colaboradores designados por el Superintendente
(véase documental, libro 1, documento número 5).
[52] A.G.S. (Sª. y Sª. de Hª.), l. 497, f. 483.
[53] A.G.S. (Sª. y Sª. de Hª.), l. 497, f. 499.
[54] A.G.S. (Sª. y Sª. de Hª.), l. 497, f. 566.
[55] A.G.S. (Sª. y Sª. de Hacienda), l. 500, folio 192-199. 22 de Julio de 1769.
[56] A.G.S. (Sª. y Sª. de Hª.), l. 497, f. 576 a 571.
[57] A.G.S. (Sª. y Sª. de Hª.), l. 497, f. 591.
[58] A.G.S. (Sª. y Sª. de Hª.), l. 497, f. 421.
Por la fecha de llegada, un grupo de 28 colonos procedentes de Salmes fue remitido desde La Carlota a Venta Quemada
(La Luisiana) el 29 de Mayo de 1769, siendo comandante interino D. Ceferino Jiménez. A.M. La Carlota (documento que
conocemos por gentileza de D. José Carlos Ruiz).
[59] Pablo de Olavide a D. Miguel de Múzquiz. La Peñuela, 12 de Octubre de 1769. A.G.S. Sª. y Sª. de Hacienda, l. 497,
folio 612
[60] A.G.S. (Sª. y Sª. de Hª.), l. 497, f. 584
[61] A.G.S. (Sª y Sª de Hacienda), l. 500, f. 200.
[62] Lucas Luzy a Múzquiz. Ayamonte 29 de Junio de 1767. A.G.S. (Sª. y Sª de Hacienda), l. 496, f. 42.
[63] El Conde Aranda a Múzquiz. Madrid, 19 de Octubre de 1768. A.G.S. (Sª. y Sª de Hacienda), l. 496, f. 202.
[64] Orden de 10 de enero de 1770. A.G.S. (Sª. y Sª. de Hacienda), l. 496, f. 203.
[65] A.G.S. (Sª y Sª de Hacienda), l. 500, f. 191.
[66] Liquidación y cuenta de Thürriegel, resuelta el 22 de abril de 1771. A.G.S. (Sª y Sª de Hacienda), l. 497, f. 56.
Tres meses después, 22 de Julio de 1769, se ordena dar por fenecida la comisión de Thürriegel y dígasele que presente la
cuenta del caudal que ha percibido y del que ha devengado, con las justificaciones correspondientes para que se pueda
reintegrarle de la que se deba, procediendo la citación Launay y Thibal y otro cualquiera que se presente como acreedor de
Thürriegel... A.G.S. (Sª y Sª de Hacienda), l. 500.
[67] Cuenta y Relación. D. Juan Gaspar de Thürriegel. Madrid, 13 de Noviembre de 1769. A.G.S. (Sª. y Sª. de Hª.), l. 497,
f. 675.
[68] A.G.S. Sª y Sª de Hacienda, l. 498, f. 37.
[69] Súplica de Francisco Javier Bugg a S.M. Sin fecha. A.G.S. Sª y Sª de Hacienda, l. 498, f. 114.
[70] Medios que se proponen para asegurar los colonos en sus tierras, ponerlas en estado de fructificarlas prontamente,
de mantener ganados en ellas y evitar al Rey el gasto de un año y quizás dos o tres, de pan y prest, conforme al cálculo
siguiente (sin fecha).
[74] Estado que comprende todos los efectos remitidos a las Poblaciones de Sierra Morena de las casas de Regulares de
la Compañía. Peñuela, 30 de abril de 1769. A.G.S. (Sª. y Sª. de Hª.), l. 497, f. 378.
[75] Orden de Admisión de colonos. Remitente ¿Miguel de Múzquiz?. 23 de agosto de 1768. A.G.S. L. 496. f. 462.
[76] Olavide a Múzquiz. Sevilla, 17 de enero de 1769. A.G.S. (Sª. y Sª. de Hª.), l. 497, f. 320.
[77] Pablo de Olavide a D. Miguel de Múzquiz. Sevilla, 26 de febrero de 1768. A.G.S. Sª. y Sª. de Hacienda, l. 496, s/n.
[78] Enero de 1769. A.G.S. (Sª. y Sª. de Hª.), l. 497, f. 321.
[79] Documento 26 de Mayo de 1774. A.H.N. (Inquisición) l. 3.604 (1).
[80] D. Antonio Capmany a D. Pablo de Olavide. La Carolina, 18 de Junio de 1774. A.H.N. (Inquisición) l. 3.6092.
[81] Olavide a Múzquiz. La Carolina,1 de Noviembre de 1775. A.G.S.
[82] Danvila y Collado, M.- Opus cit, pg. 39.
[83] Danvila y Collado, M.- Opus cit, pg. 40.
[84] D. Miguel Ondeano a D. Miguel de Múzquiz. La Carolina, 20 de enero de 1777. A.G.S. Sª. y Sª. de Hacienda, l. 498, folio 15.
Copyright para Herederos de Carlos Sánchez-Batalla Martínez.
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